Luego de lucir una piel hermosa y perfectamente depilada es común que aparezcan los indeseables granitos, incómodos, molestos y a veces dolorosos puntitos que irritan y maltratan, en especial si eres de piel delicada.
Uno de los secretos más eficaces y sencillos para depilarse y que no salgan granitos es la exfoliación. De esta manera se remueve las células muertas, se descongestiona el poro y el vello se elimina mejor, evitando la obstrucción del folículo piloso que produce la desagradable molestia.
La exfoliación es un procedimiento que debe hacerse regularmente, con él no sólo mejorarás el problema de irritación y encapsulamiento de los vellos, sino que además tu piel tendrá un aspecto saludable, suave, sedoso, con tonalidad uniforme y mejorarás tu circulación sanguínea previniendo las arañitas y el aspecto de piel de naranja.
Es recomendable que antes de la depilación elimines todo rastro de células muertas con una buena exfoliación, de no hacerlo tienes muchas probabilidades de que el vello no logre salir y quede atrapado bajo la piel haciendo que crezca hacia dentro. Acostumbra exfoliar tu piel uno o dos días a la semana con un suave masaje en forma circular. No lo hagas el mismo día de la depilación porque irritarás en exceso la piel y el daño sería aún peor.
Conviene que antes de la depilación te des una ducha con agua caliente con el fin de dilatar los poros y que la extracción del vello se haga con mayor facilidad y menos dolor.
Métodos de exfoliación casera
- Guante de crin: Es una especie de manopla de textura un poco áspera hecha de materia vegetal. Se usa aplicando un poco de gel de ducha o jabón y luego frotando la piel húmeda con el guante en suaves movimientos circulares. Finaliza el baño como de costumbre.
- Gel y cremas exfoliantes: En el mercado existen una gran variedad de productos como cremas y tratamientos que prometen buenos resultados. Algunos dicen ser de aplicación diaria, sin embargo su frecuencia de uso dependerá de la acción abrasiva del producto y del nivel de tolerancia de tu piel.
- Azúcar y aceite de almendras: Mezcla unas cucharadas de azúcar con un chorrito de aceite de almendras y frota sobre la piel húmeda con movimientos circulares, especialmente en rodillas, entrepierna, muslos y aquellas zonas donde el vello tiende a encapsularse y formar los granitos y rojeces. Enjuaga con agua tibia.
- Sal gruesa y aceite de coco: Con este método debes tener cuidado de no presentar ninguna rotura o herida en la piel de lo contrario producirá ardor. Mezcla La sal con el aceite de coco y frota muy suavemente con movimientos circulares por la zona a tratar.
Una vez depilada el área con el método de tu preferencia puedes aplicar agua fría o pasar un cubito de hielo para calmar la piel, cerrar los poros y reducir la irritación y enrojecimiento. Aplica una crema hidratante o aceite para mantener la piel bien hidratada, esto facilitará el crecimiento del vello hacia afuera. Repite la aplicación en las siguientes 24 horas, así evitarás la aparición de vellos subcutáneos que producen los desagradables puntitos.
En conclusión, la mejor recomendación a la hora de depilarse y que no salgan granitos es mantener una piel muy bien cuidada. La exfoliación e hidratación te ayudaran a que resistas los efectos abrasivos del procedimiento y que luzcas una piel sana, brillante y libre de vellos.