Me gusta variar y alisarme el pelo de vez en cuando. No quiero abusar; primero, porque me da lata, a decir verdad. Tengo mucho pelo, así que es harto trabajo. Y segundo, porque se echa a perder y reseca, noto de inmediato como me florecen las puntas. Mal. Pero de vez en cuando, puede ser buena alternativa si quieres cambiar de look, pero no te atreves con cortes o colores muy drásticos.
* Antes de alisarlo, lava y acondiciona con un producto humectante. Busca en el supermercado o tienda especializada un acondicionador especial para frenar el daño excesivo que producen las planchas alisadoras. También hay productos que se utilizan justo antes de alisar, como la crema pre-alisado de Natura Plant.
*Durante el alisado, cuida de no poner la temperatura muy alta, ya que puedes estar exagerando y no necesitas que esté muy caliente.
*Nunca pases la plancha muchas veces por el mismo mechón. Pásala una sola, pero lentamente. Eso reducirá el daño.
*Para que tu alisado dure un par de días al menos, amárrate el pelo con un pinche y cúbrelo con una gorra plástica cuando te metas a la ducha, evitando que se moje o humedezca y pierda la forma que tanto te costó.
*También puedes usar un sombrero o llevarlo amarrado cuando te traslades de la casa a la universidad o trabajo y viceversa. Así lo cuidas de la polución y dura más limpio, y por ende, alisado.
*Cuando llegue el momento de lavarlo, procura hacerlo con un shampoo y acondicionador humectantes para reparar la posible resequedad que haya causado la plancha.