Dicen que “los cuidados del sacristán mataron al señor cura”. ¡Y que cierto es! Si bien es posible que el cuidado del rostro esté incorporado en nuestra rutina, debemos reconocer que ninguna tiene un máster en estos menesteres y pueden haber cosas que se nos escapan. Por ejemplo, pecar de ser en extremo meticulosas con X paso o bien, necesitar detenernos en otro un poco más. Pero si es tu caso, ¡tranquila!. En idBelleza te damos algunas luces de cómo hacer las cosas correctamente:
1. Constancia: puede que tu tocador disponga de excelentes cosméticos, con los activos precisos para tu tipo de piel. Pero si no eres constante en su aplicación, de poco servirá tenerlos. Los mejores productos serán totalmente inútiles si los usas una vez cada quincena o cuando el día está soleado. Si quieres ver resultados, debes usarlo siempre, en el mismo orden. Ten presente, además, que cada marca dispone de colecciones o kits para cuidado específico. Aplicar el paso a paso de la línea, tal como te instruyen las consultoras, hará que notes su eficacia con mayor prontitud.
2. No descuides el cuello: ¿Te has fijado cómo algunas chicas regias deslucen gracias a los surcos en sus cuellos? Recuerda que esta zona, así como el escote y las manos, son grandes delatores de nuestra edad real. Por lo tanto, no limites el tratamiento al rostro y dedícales un poco de tu atención. ¡No te costará demasiado! A lo más, un poco de tu antiarrugas y protector solar. No es mucho pedir, ¿verdad?
3. Exfolia con moderación: Sabemos que la sensación que tiene tu cara tras este paso es de lo más agradable; sin embargo, recuerda que de lo bueno, poco. No puedes barrer diariamente con las células muertas de tu rostro, pues necesitamos algunas para sellar la humedad y protegernos del sol. Ser extremadamente meticulosas con la limpieza deja expuestos a los tejidos más sensibles, permitiendo que la humedad escape y favoreciendo irritaciones. ¡No cometas ese dermo-crimen!
4. El aceite es importante: Es probable que detestes aplicar aceites en tu cutis, y es comprensible. Después de todo, sentir la piel oleosa aunque sea unos segundos es sumamente desagradable. Sin embargo, también es necesario si lo que quieres es un rostro luminoso y radiante, así que ¡no te saltes este paso!
Tras leer sobre estos “must”, no olvides revisar tu rutina de belleza diaria y por supuesto, reemplazar aquello que esté mal. Hazlo sin temor, ya que ¡tu piel te lo agradecerá!