Cuando comienzan a bajar las temperaturas, surge la gran pregunta, la pregunta que muchas nos hacemos todos los años: ¿Me depilo en invierno, o no?
Es fácil caer en la tentación de olvidarse de la depilación al menos por un par de meses, nadie te verá las piernas desnudas o el rebaje, así que ¿Por qué no? Pero chiquillas, hay varias razones por las cuales sí deberíamos afeitarnos las piernas y la zona del bikini todo el año, y hay varias cosas que debemos tener en cuenta al respecto: ¡Aquí van!
1. Hay que usar una buena máquina de afeitar: no trates de ahorrar dinero comprando una máquina de afeitar barata, a la larga te saldrá caro, invierte en una buena que trate mejor tu piel y que te dure más tiempo.
2. Tu piel debe estar lo más húmeda posible: ¡Ni se te ocurra afeitar en seco! Y aunque haga frío, bañarse con agua muy caliente no es la respuesta indicada: mientras más caliente el agua, más se resecará la piel, pues se lleva consigo los aceites esenciales naturales de la piel. Usa agua tibia, elevará la temperatura de tu cuerpo sin resecar tu piel.
3. Nunca subestimes el poder de una buena loción de afeitar: los beneficios de una buena crema o loción de afeitar no pueden negarse: ayudan a suspender los pelos para poder cortarlos desde su punto más bajo y por ende tendrás una depilación más al ras, al tiempo que hidrata y suaviza la piel.
4. La exfoliación es muy importante (también en el invierno): si mezclas los terriblemente fríos vientos invernales, con el calor seco de una estufa, más telas pesadas, densas y/o ajustadas, es la receta perfecta para obtener una deshidratación y resequedad de la piel, lo que significa que es tiempo de retomar la exfoliación para prevenir picazón y descamación. Aunque no lo creas, afeitarse es una de las maneras más efectivas de remover la piel muerta. El gentil acto de quitar las células muertas junto con los feos pelos resulta como matar dos pájaros de un tiro.
5. No pelees con tus pantys: Esa sensación de ponerse pantys con los pelos largos es bastante desagradable, ya que al acomodarlas, los pelos quedan girados o torcidos, produciendo una insoportable sensación. ¿Para qué pasar malos ratos e incomodidad? Aféitalos.
6. Nunca sabes cuando pueda “saltar la liebre”: Ya, si saben a lo que me refiero. Las que tienen pareja no debieran dejarse estar, aunque sabemos que es más relajado el tema, pero uno nunca sabe cuándo puede darse la situación de un encuentro romántico del tercer tipo y es mejor tener la costumbre de una rutina de depilación si queremos sentirnos más seguras y ahorrarnos el estrés de estar haciéndolo a la rápida.
7. Un humidificador puede ayudar con la resequedad: si quieres hacer de tu rutina de afeitado (y de tu vida en general) algo más fácil en el invierno, invierte en un buen humidificador. Mantiene la humedad en el aire y puede prevenir la sequedad extrema, lo que se traduce en un pelo y piel más suaves. Dato: si eres propensa a resfriados o sinusitis, un humidificador realmente puede ayudarte con eso también.
8. Beber bastante agua sirve para todo en invierno: con esos vientos fríos despiadados y en contraste, el calor del hogar, necesitamos captar toda el agua posible para evitar resequedad de la piel, picazón, descamación etc., y qué mejor que empezar desde adentro, tomando toda el agua que puedas. Recuerda que los alimentos también contienen agua, pero no esperes a tener sed para beber.
Vía: Fashionstylebeauty