Existe un mito ¡mega difundido!, del cual seguro has oído hablar y quizás hasta aplicado. Se trata de la pasta de dientes como "milagrosa cura para el acné". Cuenta la leyenda que basta con aplicar un poco de tu dentífrico (más bien una porción del tamaño de una arveja) sobre las espinillas y dejarlo actuar durante la noche. Al día siguiente, la imperfección cutánea estaría seca y ¡problema eliminado!
Sinceramente, esperamos que hayas hecho caso omiso de tal recomendación. De lo contrario, en este momento podrías tener en tu piel un poco glamoroso recuerdo de esta osadía. ¿Por qué? A continuación te lo explicamos.
Primero que todo, debemos considerar cuáles son los ingredientes que componen tu dentífrico y analizar por qué serían beneficiosos para el acné, pero también ponderar sus efectos colaterales. Lee atentamente:
1. Fluoruro. Es el encargado de prevenir la aparición de caries, cometido que logra con relativo éxito. Pero ¡ojo si lo aplicas en la piel!, ya que utilizado en porciones moderadas causa irritación, quemaduras y alergias. Su absorción por esta vía puede incluso llegar a ser tóxica.
2. Glicerina, sorbitol y alúmina. Este último sí es usado en el tratamiento del acné, eliminando las impurezas de la piel. Sin embargo, en la fórmula empleada para la pasta de dientes, este ingrediente es demasiado fino como para exfoliar profundamente. La glicerina y el sorbitol, en tanto, son empleados para que la sensación de lavado sea más placentera, pero no ayudarán a secar esas espinillas que hoy tanto nos preocupan.
3. Bicarbonato de sodio. Es un exfoliante de gran eficacia, ya que absorbe el exceso de agua y ayuda a la piel a sanar más rápido; pero la cantidad presente en tu crema dental es demasiado ínfima como para ayudar a que tus brotes acneicos queden en el pasado.
4. Lauril sulfato de sodio: Es el encargado de producir la espuma característica que expelen los dentífricos; pero su aporte en el tratamiento de espinillas es completamente nulo.
5. Pirofosfato de sodio. Su función en el dentífrico es muy importante, pues se ocupa de combatir el feo sarro en las piezas dentales, eliminando el calcio y magnesio de la saliva. Si pensamos en el tratamiento de espinillas, es el compuesto que mayor utilidad puede prestarnos, ya que es el calcio el que incide directamente en el crecimiento celular de nuestra piel.
Como hemos visto, son sólo dos activos de la pasta dental los que ayudan a controlar brotes acneicos, aunque - al no tratarse de un producto formulado para estos fines - su efectividad es cuestionable. Mayor es el riesgo, puesto que al irritarse la piel (o peor aún, quemarse) nos dejará una marca oscura, más duradera y menos estética que la espinilla. Si nuestra recomendación te llega demasiado tarde y ya luces esta “herida de guerra” en el cutis, prueba con la siguiente receta casera para ir atenuándola:
Mezcla un huevo (crudo) con media cucharada de bicarbonato de sodio - que, como sabemos, acelera el proceso de sanación del cutis -.Adiciona unas gotitas de limón (recuerda ser cautelosa en el uso de este fruto, ya que el zumo expuesto al sol también puede quemar la piel) y aplica sólo en las noches. Enjuaga tu rostro en las mañanas y verás como la notoriedad de esa fea mancha irá disminuyendo. Si no lo consigues, consulta al dermatólogo.
Difunde entre tus contactos la verdad sobre este mito, de manera que cese la nada sana costumbre de aplicar crema dental en la tez. Recuerda que existen productos específicos para tratar el acné. Infórmate sobre ellos y no experimentes con tu piel, ya que el costo puede ser mayor que el beneficio.
Y tú, ¿alguna vez “quemaste” una espinilla con dentífrico?
Imagen CC Kristopher Ávila