Las mujeres amamos la cavitación por sus rápidos y eficaces resultados. Sin embargo, quizás en medio de esta pasión por sus sorprendentes alcances, hemos sido algo injustas con un procedimiento igualmente ¡increíble!: la radiofrecuencia.
Este fantástico tratamiento no es invasivo - a diferencia de la cavitación - y consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas de alta frecuencia sobre la piel, provocando el calentamiento controlado de las distintas capas dérmicas. Con esto, se favorece la creación de nuevo colágeno, la circulación, el drenaje linfático y la migración de fibroblastos. El procedimiento es indoloro: aunque molesta un poco en las primeras sesiones y puede ocasionar pequeños hematomas, el cuerpo se acostumbra a este benéfico masaje. Y, además de cumplir eficazmente con la reducción de medidas en poco tiempo, lo hace de manera tal que el cutis queda firme y no se torna fláccido. ¡Ciertamente maravilloso!
La radiofrecuencia también es muy efectiva en el tratamiento del molesto “murciélago” en los brazos, además de que elimina gradualmente la celulitis. Es un verdadero ¡tesoro!, aunque pasa algo desapercibida frente a la buena fama que ostenta la también fantástica cavitación. Lo que muchas desconocen es que con este método no sólo lucirán más esbeltas, sino que también 100 por ciento tonificadas, sin necesidad de recurrir a terapias complementarias. ¡Y ojo!, es fabulosa si de acabar con las estrías se trata.
Y tú, ¿te animas a probar esta espléndida terapia? Sin duda, ¡vas a amarla!
Imagen CC Pancho Gómez