Soy de aquellas mujeres que ¡no pueden vivir! sin un lindo par de aros. Siento que si dejo de lucirlos no soy yo; mi cara luce 100 por ciento diferente. ¡Y mientras más grandes y agitanados, mejor!. Estos accesorios iluminan y dan vida a mi rostro, haciendo que me sienta y luzca más sexy, bella y segura de mí misma.
Sin embargo, existe un problema: las infecciones que me atacan de manera constante al utilizarlos. El material con que se confecciona el colgante raramente es plata u oro, por lo que ser víctima del ataque de alguna odiosa bacteria se facilita. Sé que no soy la única que sufre con este dilema y es por eso que hoy quise contar qué hacer cuando nuestras orejas se infectan. ¡Toma nota de este útil tutorial!
Imagen CC Malingering
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Abstenerse de usar aros: Sé mejor que nadie lo difícil que es prescindir de su compañía, pero es menester suspender su uso al menos hasta que la oreja sane un poco. De lo contrario, la infección persistirá y empeorará, con consecuencias ¡desastrosas!
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Desinfectar: Lava la zona afectada con agua tibia y un jabón aséptico, dejando que se seque al aire. Luego, unta un poco de alcohol en un algodón y aplica por ambos lados del lóbulo.
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Utiliza cremas o ungüentos: Puedes escoger una pomada que contenga antibióticos - como Ultrabiotic, de venta libre en farmacias - o una crema, que ojalá entre sus activos lleve aloe vera, excelente cicatrizante. (En mi caso, he utilizado la infalible Moisture Surge, de Clinique, con resultados que ya comienzan a apreciarse
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Repite el procedimiento tres veces a la semana y, durante ese tiempo, evita llevar tu accesorio favorito. Un tip “de la abuela” es colocar palitos de comino en el orificio para que la infección se detenga, aún cuando no esté comprobada la efectividad de tal práctica.
Una vez que notes mejoría, paulatinamente puedes reincorporar este verdadero “must” en tu outfit. Inicia con aros de decoupage (técnica que recicla y reutiliza servilletas). Son bellos y tan livianos ¡que olvidarás que los llevas puestos!. Así, no cargarás peso innecesario sobre tu aún convaleciente oreja. Luego, prefiere los diseños cuyo colgante esté confeccionado en oro o plata, e higienízalos sumergiendo en alcohol durante una hora antes del uso.
Recuerda que belleza y salud están íntimamente relacionados, por lo que una oreja infectada no sólo te traerá picores y ardor, sino que también dará un aspecto poco agradable. Si a pesar de seguir estos consejos notas que la infección persiste, no dejes de pedir ayuda a tu dermatóloga de confianza, quien prescribirá el tratamiento adecuado para ti.
Imagen CC Gilmoth