Una de las cosas que me gusta de “Lush” es su compromiso con el medio ambiente. De hecho, siempre esta marca se ha preocupado de mostrarnos que no es necesario testear en animales o usar químicos poco amigables con nuestro planeta con el fin de conseguir cosméticos de calidad. Por lo anterior, me atrevería a rotularlos como una tienda vegana, cosa bastante buena cuando este modo de vida está en alza.
Bueno, mi piel es un tanto especial -por no decir más grasosa que una pizza- y, no importando cuánta agua tome, ni el tiempo que dedique a hacer ejercicio para librarla de toxinas, siempre ha sido igual. Por lo mismo, mi vida ha sido un constante peregrinar por cuanta tienda hay, con el fin de encontrar productos que se adapten a mis características cutáneas. Así fue cuando -un buen día- encontré a “Lush”.
Quedé encantada con la variedad de cosméticos que ofrecen, pero me fui derechito a la sección facial. Allí encontré un tónico llamado “Agua de Luna”….¡¡¡la maravilla!!! Está hecho en base a agua de árbol de té, pomelo, y enebro, ingredientes que hacen que tu rostro se refresque y quede libre de esos molestos poros abiertos, cosa bastante común en las pieles grasas.
Yo miro todo con desconfianza, pero debo decir que este producto sí que me funcionó. Sobre todo en época de verano, en donde tu piel agradece cualquier sensación de frescura. La puedes usar dos veces al día, complementando tu tratamiento de limpieza y te aseguro que quedarás fascinada.
Pero todo lo bueno tiene su precio y “Lush” no es muy barato que digamos. Lo conveniente es que venden un mismo producto en distintas medidas, cosa que alivia un poco el bolsillo. En caso de “Agua de Luna”, puedes encontrarla en dos presentaciones (de 250 gr. a $9500 y 50 gr. A $5500) y en todos los locales de la marca.