Hace algún tiempo, mi problemática piel me obligó a introducirme de lleno al mundo de la hidratación y cuidado facial. Resulta que de pronto, en mi rostro y bastante visible - en el área cercana a la nariz - surgieron unas rojeces que devinieron en zonas completamente descamadas. ¿Piel seca? ¡Nones! porque también sufro cada mes con las espinillas e impurezas que agreden mi nariz y mejillas, producto del exceso de grasitud. ¡Fatal!
Me puse de cabeza a investigar y llegué a la conclusión de que requería hidratación para combatir la resequedad, pero también de una buena limpieza facial que controlara la grasa. Así, compré un buen hidratante (Hydrance Optimale Lègere, de Avène, del cual ya les hablaré) y un jabón especial para pieles acneicas (también les contaré sobre él).
El punto es que este último producto (el limpiador) fue una pésima elección. No porque la marca fuera mala, sino por la alta complejidad de mi piel: es mixta y sensible. No era cosa de llegar y utilizar cualquier producto para repeler la grasitud. Así, este jabón me resecó e irritó. Contra lo primero, mi hidratante actuó eficazmente, pero la irritación era caso aparte. Así, me vi forzada a continuar con mis investigaciones y llegué a Lush.
En la página de esta tienda de cosmética natural y hecha a mano, hallé una pequeña maravilla: se trata de Fresh Farmacy, especialmente formulado para pieles como la mía (complicadas nivel Omega). Se trata de un limpiador facial con manzanilla y calamina, que ayuda a la piel a verse (y estar) mucho más saludable. Además, contiene lavanda, árbol de té y rosas, que ayudan a prevenir problemas futuros (como las indeseables manchas). Es apto para veganos.
Debo decir que tras una semana de uso, mi piel ha mejorado visiblemente. Los poros lucen más pequeños, las impurezas de a poco se desvanecen y la irritación es cosa del pasado. El cutis se siente suave, con una agradable sensación de limpieza. Aunque da poca espuma, Fresh Farmacy cubre perfectamente el rostro y, lo más importante, ¡rinde!. Ahora, mi hidratante puede ¡lucirse! en gloria y majestad, ya que el producto complementario (este fantástico jabón) le aporta, sin boicotear su trabajo. ¡Una buenísima combinación, de todas maneras!
Si quieres probar con Fresh Farmacy (cosa que te recomiendo calurosamente, pues doy fe de que reparó el desastre que era la piel de mi cara), puedes encontrarlo en tiendas Lush a lo largo del país. El valor es variable, ya que dependerá del corte. Los 100 gramos tienen un costo de $5500, pero el trozo que yo compré - uno de los pocos que quedaban, pues se trata de un producto estrella, de venta rápida - era de $8200. Su apariencia es ¡fantástica! ya que asemeja un flan de frutillas ¡yum!
Otra cosa que destaco de esta compra es la excelente atención que te brindan en Lush. Los vendedores te entregarán la información que requieras respecto de los productos, de modo de escoger el mejor para tu problema. Por lo mismo, la satisfacción está ¡asegurada!
¿Sufres con una piel mañosa? Entonces, ¡ve por tu Fresh Farmacy! Recordarás mis palabras.