Aburrida de los elevados precios de la dermocosmética europea, me fui a comprar una crema reafirmante a la farmacia mapuche Makelawen. Allí encontré gran variedad de precios y productos. Como andaba algo corta de plata, escogí un frasco pequeño de aceite de arroz, por la módica suma de 3000 pesos.
Las vendedoras me explicaron con detalle las bondades del aceite de arroz. Se destaca por contribuir a blanquear las manchas que aparecen producto de la edad. Contiene vitaminas E y A, protege del envejecimiento prematuro de la piel a causa de la acción de los radicales libres (como la espirulina) y estimula la formación de colágeno en la piel. ¿Qué más podría pedir para mantenerme joven? Además, como es un concentrado, no necesita usarse en grandes cantidades, por lo que un frasco pequeño dura bastante. Tiene un nivel bajo de grasitud y calma irritaciones.
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