El acné es una enfermedad de la piel muy común, suele aparecer en la adolescencia, pero también puede afectarnos en la edad adulta. El acné se produce cuando las glándulas sebáceas segregan un exceso de sebo y junto con las células muertas que quedan adheridas en la piel, forman un tapón que se acumula en los folículos formando los comedones abiertos (puntos negros) o cerrados (puntos blancos) que aparecen sobre todo en la cara pero también en otras zonas del cuerpo. Las alteraciones hormonales suelen ser la causa más habitual de su aparición, aunque las bacterias, el stress o ciertos medicamentos como los esteroides también pueden provocar el acné. En las pieles grasas aparece con mayor facilidad debido al exceso de grasa que tienen. Sin embargo, cualquier tipo de piel puede verse afectada por él en algún momento.
El tipo de alimentación que tengamos es fundamental para nuestra salud en general y aunque no se puede afirmar que los alimentos sean responsables de la aparición del acné, hay personas que manifiestan que éste empeora luego de comer algunos alimentos como el chocolate, frutos secos, bebidas azucaradas o frituras, por lo que deberíamos evitarlos en la medida de lo posible. Una alimentación baja en grasas y rica en vegetales y fibra, puede ayudarnos a eliminar toxinas y a combatir el acné más eficazmente.
Cuando tenemos acné, debemos tener especial cuidado con la limpieza facial. Hay que limpiar la piel todos los días incluso cuando no nos hemos maquillado. Mantener los poros limpios va a impedir la acumulación de bacterias en ellos y por tanto la aparición de los granos. Para llevar a cabo la limpieza diaria podemos utilizar un jabón neutro o jabones naturales especialmente indicados para piel grasa como el jabón de azufre, avena, limón, jengibre o romero. Después de lavar y aclarar la piel debemos secarla con cuidado, sin frotarla ya que podemos llegar a irritar los comedones y empeorarlos.
La exfoliación es una parte muy importante en la limpieza de la piel, sobre todo en las pieles grasas. Con ella eliminaremos las células muertas que como hemos dicho anteriormente, se acumulan en los folículos al igual que el sebo. Podemos hacer un exfoliante natural con Aceite de Jojoba y azúcar de caña. El Aceite de Jojoba además de hidratarnos la piel, tiene un efecto antiinflamatorio y antimicrobiano y por lo tanto nos ayudará a mantener la limpieza facial y mejorará los granos del acné. Debemos exfoliar nuestra piel varias veces a la semana, aunque en el caso de tener una piel sensible no debemos abusar de este paso.
Uno de los remedios para eliminar acné de forma natural, es la Arcilla. La Arcilla se ha utilizado desde la Antigüedad para embellecer el rostro gracias a sus múltiples propiedades. Existen distintos tipos de Arcillas para diferentes usos, aunque la más indicada para la Piel Acnéica es la Arcilla Verde. Podemos utilizarla como mascarilla para toda la cara o en los lugares concretos donde tenemos los granos. Una mascarilla de Arcilla Verde tiene poder antibacteriano, equilibra los niveles de grasa de la piel, mejora la circulación, reduce la inflamación y el dolor. Aplicando Arcilla habitualmente en nuestro rostro veremos cómo los comedones tienden a secarse además de aliviar su inflamación.
Los dermatólogos suelen recomendar que no nos toquemos los granos porque podemos extender la infección y que los dejemos curar por si solos, pero es muy difícil evitar la tentación cuando aparecen en nuestra cara. Un remedio muy eficaz para aplicar directamente sobre los granos, es el Aceite del Árbol del Té. Este aceite tiene un efecto antimicrobiano, antimicótico (combate infecciones producidas por hongos), cicatrizante y también se utiliza para eliminar acné de forma natural ya que controla el exceso de sebo. Para su utilización aplicaremos el aceite directamente sobre los granitos varias veces al día y con ello conseguiremos que se sequen en pocos días. También podemos combinarlo con otros aceites naturales como el Aceite de Geranio (antiséptico y antiinflamatorio) o el Aceite de Lavanda (que ayuda a regenerar la piel después de la desaparición de los granos). Estos aceites realmente funcionan, pero hay que ser constantes en su utilización para poder ver los resultados, no sólo nos ayudan a combatir los granos del acné sino que también reducen las marcas que éstos puedan dejar en nuestra piel.
La aparición del temido acné puede hacernos sentir acomplejados y perder seguridad en nosotros mismos, sobre todo durante la adolescencia. Como ya hemos comentado, la limpieza es el factor más importante. Sobre un rostro limpio será más difícil que las bacterias puedan proliferar y por tanto aparecer granos. No debemos utilizar productos que nos hayan recomendado sin consultar al médico. Si nuestro acné es más grave y persistente debemos acudir al dermatólogo para que nos indique el tratamiento más adecuado, porque el acné es diferente en cada piel. No hay que desesperarse con los granos, podemos tratarlos y con estos cuidados llegaremos a eliminar acné de forma natural o al menos mejorarlo y recuperar una piel saludable y bonita de nuevo.