Cindy Crawford (20 de febrero de 1966), es una famosa supermodelo estadounidense, que revolucionó el mundo de la moda a finales de los ‘80 y principios de los ’90. Durante su carrera, ha sido portada de más de 600 revistas, y rostro de marcas como Revlon, Maybelline y Versace.
Debido a sus logros profesionales y atractivo físico inigualable, es considerada un verdadero ícono de belleza; y no sólo del mundo de la moda, sino del espectáculo mundial. Algo que, por cierto, se comenzaría a delinear desde muy temprano en su vida.
Sí, ya que empezó su carrera desde muy joven. Pese a que era una excelente estudiante en la secundaria, la convencieron de dedicarse al modelaje, cuando ganó el Elite Model Management’s Look of The Year. Ahí, Elite Chicago le ofreció un contrato, y el resto es historia.
A poco andar, Cindy destacó por su lunar facial. Si bien al principio le pidieron sacárselo, luego se arrepintieron ante la negativa de ella, y del éxito que comenzó a tener. De hecho, se transformó en su marca registrada para trabajar, pues ninguna otra maniquí lo tenía.
Ello le valió después comenzar a conseguir jugosos contratos comerciales con marcas como Versace y Revlon, y ser portada de revistas tan importantes como Vogue, Elle y Cosmopolitan.
Sin embargo, su carrera aún no llegaba a su clímax, pues todavía no mostraba todo lo que tenía. En ese sentido, uno de los atributos que contribuyó a su despegue máximo, fue la voluptuosidad. Su metro 75 de estatura y 57 centímetros de peso, la constituyeron como una modelo con más curvas que el resto de sus compañeras; algo que gustó mucho en el mundo.
Sí, pues eso combinaba muy bien con otra característica insigne de ella: la sensualidad. La misma que contribuyó a que fuese la primera supermodelo moderna en posar desnuda para la revista Playboy; así también a que la eligieran quinta entre Las 100 estrellas más sexys del siglo XX.
De ahí en adelante, Cindy hizo gala de su versatilidad, al trabajar en una esfera de actividades muy amplias; que iban desde los desfiles, hasta la animación de un programa de moda en MTV o el diseño de muebles.
Y por todo eso, a mediados de los 90, ya se había convertido en una supermodelo; una categoría que agrupa a un selecto grupo de maniquíes como Linda Evangelista o Naomi Campbell. Eso significaba ganar millonarias sumas de dinero, y ser más famosa que un cantante o una actriz de Hollywood.
Hoy, pese a que la modelo está retirada, continúa siendo un ícono de belleza. Así lo demostró en 2015, cuando pidió que no se retocaran las fotografías que se tomó para la revista Marie Claire. Es que ella quería mostrar la hermosura natural de una mujer que ha tenido hijos y que ha envejecido. ¡Grande Cindy!