Una de las mujeres que marcó toda una época a nivel mundial fue la Princesa Diana, querida por todos por su cercanía con su pueblo, por su preocupación por los más necesitados, por su bella sonrisa y también porque tras esa cercana imagen sabíamos se escondía una historia de desamor.
Lady Di nació en el seno de una familia de la aristocracia inglesa. Cuando aún era pequeña, sus padres se divorciaron, y asistió a diversas escuelas, siendo considerada una estudiante regular. A pesar de que fue su padre quien quedó con la custodia definitiva de ella y sus hermanos, Diana viviría un tiempo con su padre y otro con su madre. Su sueño era ser bailarina, a pesar de que también destacaba en nado y buceo, por lo que tomó clases de ballet en esa época. A los 17 años se fue a vivir sola en un departamento en Londres, y por esos años conoció a quien sería su futuro marido, el Príncipe Carlos, 13 años mayor que ella, y de quien declara haberse casado muy enamorada. Tristemente, al parecer ese amor nunca fue correspondido.
Desde el comienzo de esta relación ella comenzó a hacerse popular a nivel mundial. Llamaba la atención su carisma y su cercanía, su interés por las obras humanitarias, además de su estilo para vestir, su peinado, y por supuesto, su belleza. Comenzó a mostrar signos de rebeldía en contraposición con las costumbres de la realeza británica, que no caían nada de bien a la reina, aunque tratara de disimularlo. Tuvo dos hijos, William y Harry, a quienes quiso criar tan cercanos a la gente como fuese posible, llevándolos a restaurants de comida rápida como cualquier niño, o haciéndolos acompañarla a albergues de personas sin hogar o a casas de acogida de personas enfermas de Sida, para que ellos se familiarizaran con la realidad del mundo, y no crecieran en una burbuja.
Pero respecto a su matrimonio, se notaba una distancia entre los dos: a fines de los 80, ya la gente comenzó a notar problemas entre ellos, y en los 90 la separación parecía inminente. Se rumoreaba durante años que Carlos tenía una amante, cosa que Lady Di confirmó en una polémica entrevista para la BBC en la cual no se calló nada, desde su bulimia, sus auto-lesiones, sus mutuas infidelidades, y su dolor por su fallido matrimonio. Además manifestó el cansancio de ser blanco constante de los paparazzis, que no la dejaban nunca en paz, haciéndola sentir agobiada. Pero es que además de su vida amorosa, que era muy turbulenta, y de su obras de filantropía, Diana de Gales llamaba la atención por su elegancia y su estilo de vestir.
En agosto de 1996 se divorció de Carlos, pero a pesar de perder su titulo de "Alteza Real" conservó el de Princesa de Gales, y siguió siendo tan querida y admirada por la gente, quienes no la juzgaron, sino muy por el contrario, mostraron siempre su apoyo a la princesa del pueblo. Diana continuó con sus obras benéficas, presidiendo distintas fundaciones de ayuda a niños pobres, enfermos, ancianos, e incluso poco antes de morir estaba involucrada en la erradicación de las minas antipersona.
Después de algunos amores fallidos, Diana parecía por fin haberse estabilizado junto a Dodi Al-Fayed, heredero multimillonario que, según se cuenta, le habría traído la felicidad de pareja que por tanto tiempo le había sido esquiva. Juntos fueron "paparazzeados" muchas veces, y se veían enamorados, hasta aquel fatídico 31 de agosto de 1997, en que ambos fallecen en un accidente de tránsito en París que paralizó al mundo, y que dio paso a todo tipo de especulaciones que hasta el día de hoy no están del todo claras, respecto a si realmente fue un accidente por huir del acoso periodístico, o si fue un complot orquestado por la casa real británica. Quizás nunca lo sabremos.
Lo que sí sabemos es que Diana es recordada hasta el día de hoy como una de las princesas más queridas, comprometidas y cercanas. Una mujer elegante y aristocrática que sin embargo se mantuvo humilde y utilizó su poder en pos de ayudar a quienes lo necesitaban.