Poseedora de un nombre célebre, ni más ni menos el mismo que el de la esposa de William Shakespeare, Anne Hathaway no pasa desapercibido en el mundillo de Hollywood. Esta mujer de 33 años, hija de una actriz y un abogado, tiene atributos suficientes para hacerse notar ya que sus rasgos, sin duda, no son fáciles de olvidar Sin embargo, no sólo su hermosura la convierte en un ícono de belleza, sino que también su estilo, su talento, además de esos personajes que ha interpretado y se han quedado grabados en nuestra cabeza.
Esta actriz estadounidense, desde pequeña criada con valores católicos marcados, consideró la idea de ser monja. Sin embargo, cuando tenía 15 años, desterró definitivamente esa posibilidad, luego de enterarse de que uno de sus hermanos era gay. Hathaway aclaró que no podía pertenecer a una religión que excluyera a uno de sus seres queridos y por lo cual, en la actualidad, se define a sí misma como cristiana, pero sin una religión clara a la cual seguir.
Durante su juventud, se decidió a seguir los pasos de su madre y es así como terminó estudiando arte dramático en "Paper Mill Playhouse", una escuela de teatro ubicada en Nueva Jersey. Posteriormente, estudió en el Vassar College, una universidad privada de Nueva York, para luego terminar en el Gallatin School of Individualized Study de la Universidad de Nueva York. También estudió danza y participó como primera soprano en 2 conciertos ofrecidos por el Carnegie Hall (un salón de conciertos ubicado en Manhattan).
Anne siempre ha manifestado su preferencia por las tablas, en lugar de la pantalla grande, y ese interés fue la que la llevó a dar sus primeros pasos en Broadway. Sin embargo, lo que para muchas de nosotras podría ser un atributo positivo, para ella se convirtió en un obstáculo, ya que al ser de gran estatura (1 metro 73) le era difícil conseguir papeles, ya que la consideraban muy alta para actuar de niña, pero muy joven para interpretar roles de mujeres. Gracias a la serie televisiva "Asuntos de familia", la fama comenzó a tocar a la puerta de esta actriz.
Aunque su primera película fue "The Other Side of Heaven", la primera en estrenarse (en la que la actriz también participó) fue "El Diario de una Princesa", la cual la hizo definitivamente conocida. Gracias a su papel de Mia Thermopolis, una princesa torpe y carente de estilo, se ganó al público y también a la crítica, con tan sólo 19 años de edad. Otros de sus roles que recordamos son el de Andy Sachs en "El diablo se Viste a la Moda", la Reina Blanca en la adaptación de Tim Burton de "Alicia en el País de las Maravillas" y Fantine en "Los Miserables".
Respecto a su estilo, a pesar de haber lucido un corte pixie durante un tiempo, debido a su rol en "Los Miserables", su belleza es imposible de negar. Una piel muy blanca, ojos grandes, en color marrón y con toques verdes, además de unos labios carnosos y bien formados, son características que la hacen única. En cuanto a su pelo, la hemos visto utilizando tonos castaños, claros y oscuros, melenas cortas y largas, cabello ondulado o liso extremo y también, en alguna oportunidad, lució una cabellera corta y platinada. Es dueña de una figura esbelta, piernas largas y facciones equilibradas.
En cuanto a su personalidad, es perfeccionista, dulce, sensible, auto crítica y algo tímida, lo cual le da el aire de esa chica perfecta y a la cual pareciera que todos aman. Hathaway fue vegana durante un tiempo, sin embargo ella afirma que tuvo que dejarlo debido a razones de salud (?).
Su look es elegante, sencillo, fresco y con algunos toques de sensualidad, pero de esa que bordea el límite de la inocencia. En su día a día la vemos usando jeans rasgados, zapatillas, poleras, chalecos, pitillos, chaquetas de cuerina, ballerinas, pantalones de colores o pescadores. Para la alfombra roja se atreve un poco más y juega con los escotes, la espalda descubierta o también muestra un poco más sus piernas.
Sin lugar a dudas, es una mujer que representa una belleza natural juvenil y elegante. Además de su talento innato, ha sido capaz de cautivar a su audiencia y también le ha permitido evolucionar en cuanto a su madurez profesional.