Originaria de Filadelfia y nacida en la década del 29, Grace Kelly es literalmente una princesa. No sólo por su sonrisa perfecta y elegancia, atributos que sin duda la convierten en un ícono de belleza, sino porque cuando tenía tan sólo 26 años dejó de lado las luces, un premio Óscar, la fama y una carrera en ascenso, para convertirse en la esposa del Príncipe Raniero de Mónaco y de paso, en la Princesa de Mónaco.
Un rostro angelical, finamente decorado por una cabellera rubia, , de piel blanca, con labios que parecían dibujados a mano y combinados con una mirada brillante e intensa, además de una elegancia innegable para la moda, son algunos de los elementos por los cuales Grace Kelly siempre se destacó: por una belleza clásica, sobria, elegante, fresca y sofisticada, convirtiéndose en un referente de belleza de los años 50.
Luego de terminar su educación secundaria, Grace decidió que continuaría estudiando ballet, en un colegio femenino. Sin embargo, al no cumplir con el pre requisito de cursar un año más de matemáticas (el cual ella no tenía), optó por la Academia de Artes Dramáticas de Nueva York, en donde a pesar de haber presentado su inscripción cuando el plazo ya estaba vencido, el apellido Kelly la salvó. Lo anterior, ya que fue igualmente aceptada en la academia por ser sobrina de George Kelly, su tío y nada más ni nada menos que un reconocido actor, escritor de escenas y director.
Mientras estudiaba, Kelly trabajó como modelo, publicitando lencería, productos de limpieza y cigarrillos, convirtiéndose en rostro publicitario de la marca "Old Gold". Cuando ya había finalizado su primer año en la academia, formó parte del reparto de una de las obras de su tío “The Torch Bearers” y al siguiente logró el sueño de muchos actores: actuar en Broadway, específicamente en la obra “The Father”, actuación que le generó visibilidad y gracias a la cual pudo llegar al mundo del cine, con el estreno de la película “Catorce Horas”.
La fama llegó en 1953, de la mano de Warner Brothers y junto a su film “Mogambo”, que la consolidó como una estrella del cine y la cual se sumó al listado de 11 películas en total, de las cuales Grace participó. En 1955, cuando se encontraba rodando la película “El Cisne”, inició una relación amorosa con el Príncipe Rainiero y en 1956, mientras filmaba la película de MGM “Alta Sociedad” Rainiero pidió su mano. Al finalizar la película y su compromiso laboral con MGM, dejó su carrera, ya que la ocupación de actriz no es adecuada para una princesa de Mónaco.
Pero la vida de una princesa no es perfecta y parece estar alejada del típico cuento de hadas. Por lo anterior, la ex actriz y madre de Carolina, Alberto y Estefanía de Mónaco tuvo una muerte bastante hollywoodense. En 1982 y con 53 años, murió en un accidente automovilístico y las malas lenguas rumorean que su hija Estefanía iba al volante (la cual salió casi ilesa del accidente) y hay otros que dicen que Grace fue víctima de un infarto, antes de estrellar su auto, debido a un supuesto estilo de vida ligado a la bebida.
Como todo ser humano tiene su parte oscura, los tabloides la describen como una mujer rompe matrimonios, adicta a los hombres mayores y con una larga lista de amantes, atribuidos a su vida como estrella del cine y otros, señalados como los posibles amantes de Grace cuando ya era Princesa de Mónaco. Más allá de este tipo de rumores y de su posible veracidad, lo que ninguna revista de prensa rosa o cualquiera de nosotras puede negar, es su belleza elegante y minimalista, que parece cobrar vida en cada foto que vemos de ella.