Aunque no hay imágenes reales de Cleopatra, la reina egipcia es sinónimo de belleza, sensualidad y elegancia. Y claro, porque esta monarca deslumbró al mundo antiguo con su astucia y encanto, además de un cuidado personal que muchas mujeres a través de los siglos han pretendido igualar. Si eres una de las que admira a la faraona que robó el corazón de Julio César y Marco Antonio, en idBelleza te traemos algunos de sus secretos:
1. Baños en leche y miel. Conocido era el hábito de Cleopatra por sumergirse en estos deliciosos ingredientes. La leche tiene un poderoso efecto hidratante, por lo que es recomendable utilizarla para distintos tips caseros. Si se mezcla con miel, contribuirá a devolver la elasticidad perdida y mantener el cutis perfectamente tonificado.
2. Mirada de alto impacto. Muchos historiadores dedicaron varias líneas de sus textos a alabar la hipnótica mirada de Cleopatra. Y es que sus hermosos ojos eran ¡irresistibles!. Cuentan que los lavaba tres veces al día con agua de rosas, la cual resultaba de hervir esta flor en ½ litro de agua. Por supuesto, luego los maquillaba muy bien, ¡con tonos centelleantes! Y, para conferirles aquel aire felino que la caracterizaba, los perfilaba con un polvo negruzco conocido como “galena”.
Las pestañas también eran una preocupación vital de la faraona. Por lo mismo, las recortaba cuando la luna estaba en cuarto creciente, lo que a su pensar les permitiría crecer fortalecidas. Para acelerar este proceso - porque no todo era esoterismo - les aplicaba, friccionando, un poco de aceite de almendras.
3. Cuidado de la piel. Aunque hoy te parezca asqueroso y cero “pet friendly”, la reina solía aplicar sobre su cutis trozos de carne de ternera (si quieres algo similar hoy en día, lo que mejor se aproxima es el plasma rico en plaquetas). El objetivo de esta práctica era mantener la piel suave y tonificada. Además, se cuidaba de los granos e imperfecciones - que existen desde tiempos inmemoriales - con un preparado de leche de cabra y azúcar, que exfoliaba su rostro a la vez que lo hidrataba.
Como Cleopatra era ¡seca! si de belleza se trata, y fue precursora de varios tratamientos cosméticos, estaba claro que elaboraría su propia receta antiarrugas. Su crema casera constaba de jugo de cebolla, 40 gramos de miel blanca, otros 40 de lirio blanco e igual cantidad de cera fundida. Sus doncellas mezclaban todo hasta obtener una pasta homogénea, la cual era aplicada sobre su rostro cada noche antes de dormirse.
4. Mascarillas: La reina del Nilo también fue muy eficiente a la hora de elaborar sus propias mascarillas. Sus favoritas según los registros eran la de pepino (que incluía este vegetal cortado en rodajas y mezclado con crema batida, miel y aceite de oliva); además de otro preparado con bicarbonato de sodio, miel, sal de mar y aceites esenciales, que tras fundir y dejar en reposo por 20 minutos, ponía sobre su rostro para que actuara como exfoliante.
Y tú, ¿incorporarías en tu rutina los secretos de una reina?