Las extensiones removibles no reciben los mismos nutrientes de los óleos naturales de nuestro cuero cabelludo como sí lo hacen nuestras mechas propias, así que lo mejor es lavarlas lo menos posible para impedir que se resequen demasiado. En general se recomienda lavarlas cada 4 a 6 semanas, pero esto puede variar dependiendo de la cantidad de productos para el cabello utilices y la frecuencia de uso de las extensiones. Cuando es momento de lavarlas, asegúrate de desenredarlas suavemente con un cepillo o peineta, pero recuerda que nunca debes lavarlas mientras estén mojadas.
Para obtener los mejores resultados, lavar las extensiones en una fuente con agua tibia, agarrándolas de los clips para impedir cualquier enredo. La mejor técnica de lavado es distribuir suavemente el shampoo humectante, en dirección descendente. Termina con un acondicionador hidratante para humectarlas lo mejor posible y para que luzcan brillantes y saludables.
Para asegurarte que tus extensiones se mantengan suaves y brillantes, vale la pena aplicarles una máscara capilar una vez al mes. Si sientes que están secas a pesar de estos cuidados, prueba rociando un acondicionador sin enjuague
Secado
Para secarlas, lo mejor que puedes hacer es dejarlas secar al aire libre, no te tientes de secarlas con el secador. Para realizar todo el proceso de lavado de las extensiones, lo mejor es programarse en un día libre donde no necesites usar tus extensiones y donde dispongas de todo el tiempo del mundo para lavarlas y secarlas correctamente. Recuerda desenredarlas suavemente con los dedos antes de ponerlas a secar.
Para guardarlas, asegúrate primero de que estén desenredadas y limpias, y guárdalas secas, para que no se estropeen. Puedes optar por una caja de cartón en un lugar limpio y seco.
Si sigues estos consejos, tus extensiones debieran durarte mucho tiempo, recuerda que son tan delicadas como tu pelo verdadero, y debes cuidarlas de la misma manera.
Vía: Dirty Looks