El mundo de la moda y las pasarelas, afortunadamente, está cada vez más abierto de mente. Hoy podemos encontrar mujeres más voluptuosas como Kate Upton, albinas como Nastya Kumarova, de dientes separados como Lindsey Wixon (antes considerado un defecto y hoy es tendencia, al punto que hay personas que han pagado por separarse los dientes), y también podemos ver una mujer con vitiligo: la bella Winnie Harlow.
El vitiligo es una enfermedad autoinmune en la cual se destruyen los melanocitos, células de la piel responsables de producir melanina, que es el pigmento que da el color de la piel, pelo, ojos. Las personas que lo padecen comienzan a perder el color en distintas zonas del cuerpo, poco a poco (Michael Jackson afirmaba que padecía de vitiligo y que por eso se puso blanco, pero no le creemos mucho) pero no es una enfermedad contagiosa ni dolorosa, aunque sí produce curiosidad, cosa que Winnie Harlow ha aprovechado con creces.
Winnie cuyo nombre verdadero es Chantelle Brown-Young, tiene zonas sin pigmento en todo su cuerpo, y en su cara esta "decoloración" le bordea los labios, la nariz, el mentón y parte de los ojos, características que la hacen totalmente única. Eso, acompañado con un cuerpo escultural, unos rasgos faciales hermosos y una personalidad cautivadora, la han ayudado a saltar a la fama. Primero, se presentó al reality de TV America's Next Top Model, donde, aunque no ganó, logró hacerse conocida y llamar la atención por sus insólitos atributos. Luego, fue rostro de la marca española Desigual, desfiló en el London Fashion Week, modeló para Diesel y ha aparecido en las revistas Glamour y Cosmopolitan.
A sus 21 años, no me cabe duda que aun le queda mucho por dar de sí, y quizá su trabajo más difícil sea convencer a las personas de que la belleza viene en todas formas, tamaños y colores. Estoy segura de que lo mejor de Winnie está por venir.