Uno de los principales problemas a la hora de la depilación son aquellos molestos vellos que quedan encarnados. Esta condición suele darse mayormente en procedimientos con cera o afeitadora y en lo personal, también me ocurre bastante con mi máquina eléctrica. Este problema es muy doloroso y antiestético, que se origina en aquellos pelos que no crecieron ni fueron eliminados.
Para evitar que este molesto problema altere la apariencia de la zona recién depilada, debes tomar los siguientes resguardos:
1. Preocúpate del cuidado de la piel. Si los folículos capilares se encuentran “tapados” con grasa, células muertas y suciedad, el vello no podrá crecer y se encarnará. Evita que esto suceda, exfoliando la zona una vez por semana. Además, preocúpate de limpiar correctamente e hidratar con productos no comedogénicos: es decir, que dejen respirar al poro.
2. Si te depilas con rasuradora, debes procurar que al inicio del procedimiento tu piel esté lo suficientemente blanda, cosa que logras con agua y un jabón neutro. ¡Jamás afeites en seco! Puedes invertir algo de dinero en una espuma de afeitar o pedir prestada a tu pareja la suya. Este producto preparará tu piel, ¡dejándola espectacular! (y no importa que tenga aroma masculino; recuerda que tu pH lo transformará).
3. Elimina gérmenes. Horas antes de depilar - e inmediatamente después de haberlo hecho -, rocía sobre la zona un poco de aceite esencial de árbol de té, antiséptico natural que te ayudará a prevenir infecciones.
4. ¡Ojo con la ropa!. Tras la depilación, procura dejar la zona desnuda durante algunos minutos. Sería ideal que ejecutaras este procedimiento en la noche, antes de dormirte y vestir tu pijama de algodón (jamás sintético). Esto, porque una piel apretada por la ropa - especialmente tras ser depilada - disminuye su capacidad respiratoria, obstruyendo los poros e impidiendo que el vello crezca. Como resultado, éste se encarnará, provocando la tragedia estética que hoy te tiene leyendo estas líneas.
5. Dilata los poros antes de depilar. Hazlo utilizando agua caliente o vapor. El secador de pelo también será de utilidad para estos menesteres, así como también la aplicación de compresas tibias.
6. Evita la transpiración de la zona. En verano o cuando hacemos algún tipo de esfuerzo físico, el área que habitualmente depilamos transpira. Esto es ¡fatal!, ya que los poros se obstruyen, favoreciendo el problema que hoy nos convoca. Puedes prevenir el sudor aplicando vaselina, talco o maicena en la zona mientras realizas actividad, para enjuagar cuidadosamente una vez que llegues a casa.
7. Raspa el vello encarnado con tu pinza. Si lo haces suavemente, procurando tener las manos limpias y también la pinza, lograrás levantar la primera capa de la dermis y quitar el vello. Extrema el cuidado, para no dañar tu piel.
Aplica estos consejos y verás cómo en poco tiempo tu problema de rebeldes vellos encapsulados quedará en el olvido. Pero si ya es demasiado tarde, permanece atenta: pronto te contaremos cómo quitar aquellos pelitos que ya están atrapados en tu cutis. Mientras tanto, ¡pon atajo a este problema y no cuentas qué resultados tienes!