En invierno, las manos ¡sufren! y razones sobran para fundamentar su padecimiento. El frío matutino las reseca horrores y, como si esto fuese poco, asuntos domésticos como el lavado de platos y ollas poco contribuyen a su correcto cuidado. Sin embargo, no podemos evitar estas tareas, o nuestra cocina sufrirá una emergencia sanitaria. Entonces, ¿cómo mantenerlas suaves y bonitas sin descuidar estas obligaciones? En idBelleza te contamos.
La primera preocupación que debemos tener es escoger bien el producto con que lavamos la vajilla. Si éste está formulado con activos amigables para la piel, tendremos camino avanzado. En lo personal, existen dos marcas que me han dado buenos resultados: una es Quix, en su versión aloe vera / limón (lo identificarás por su líquido celeste) y Sapolio con Glicerina, aroma Bebito (¡la fragancia es exquisita!). Ambos productos incorporan ingredientes que contribuyen al cuidado del cutis, como son el aloe vera (que hidrata y alivia las heridas de la piel) y la glicerina (que nutre y brinda hidratación profunda). Además, comparten tener un aroma que ¡es un deleite!
Claro que por más fabuloso que sea nuestro limpiador de vajilla, no debemos aplicarlo como jabón corriente, ya que ¡limpia más de la cuenta!. Por lo mismo, el segundo paso que debemos dar en pos de unas manos de seda es tener un jabón ¡ultra hidratante! justo en la cocina (los de Natura son muy buenos). Otra alternativa muy favorable es el jabón neutro o de afrecho. Puedes probar con los de marcas especializadas en bebés. ¡Amarás sus efectos en tu piel!
El tercer paso - y sin duda el que más te fascinará - es que conviertas el lavado de la loza en un spa. ¿Cómo? Pues muy simple. Aplica generosamente tu crema de manos habitual y, sin esperar que penetre, ponte guantes de lavar. Luego, dedícate a estos menesteres. Una vez que te lo quites, tendrás una piel ¡fabulosa!.
Y bien, ¿lista para ganarle la batalla al lavaplatos y lucir unas manos de princesa?