Alicia Keys (Alicia Cook Augello) es de esas bellezas que uno no se encuentra a la vuelta de la esquina. Su herencia multirracial combina la sangre inglesa e italiana de su madre con los rasgos afroamericanos del padre. Ella evidentemente heredó lo mejor de ambos, y no contenta con eso, además salió talentosa.
Se hizo famosa hace ya algunos años, con su primer álbum Songs in A Minor donde su inolvidable canción Fallin’ no dejaba de sonar en las radios, por allá por el año 2001. La gracia de Alica como artista es que ella además de cantante, es compositora y toca el piano.
Volviendo al tema que nos convoca, al de su figura como ícono de belleza, a título personal tengo que decir que es una de las pocas que se ve tan linda con rulos como con el pelo liso, o con trencitas, ese clásico peinado tan propio de las afroamericanas, y que usaba cuando comenzó su carrera. Es que siempre la he encontrado estupenda, y no sé si se ha hecho alguna intervención, ni me interesa, porque se ve muy natural.
Además me gusta que ella no sea la típica famosa flaca, ella tiene las piernas y caderas anchas, que no intenta ocultar, ni lo necesita tampoco pues es regia. A mí lo que más me gusta de la Keys es su sonrisa, ya parezco enamorada, jajaja, no, es simplemente que me encantan sus rasgos especiales, me llama mucho la atención la gente que es bella por su mezcla de etnias, es lo que nos caracteriza hoy en día como humanidad, un mundo donde clasificar a la gente por “raza” se hace cada vez más difícil, y se agradece esa variedad, en todo sentido.