
Tenía alrededor de 16 años cuando comencé a pintar mis uñas. Aunque no es una constante - porque a veces opto por dejarlas “al natural” - en mi casa no pueden faltar los esmaltes. Pero ¡ojo!, no cualquiera: los míos deben ser, preferentemente, de colores poco convencionales o con harto brillo. ¡Amo ...