El oro es un metal precioso, no sólo apetecido por su alto valor en el mercado, sino también por sus impresionantes usos en lo que a Belleza respecta. Sí, porque uno de los más novedosos tratamientos faciales en nuestro día se relaciona con este tesoro: se trata nada menos que de las mascarillas.
Las máscaras de oro son ideales para quienes presentan signos de cansancio en su rostro, especialmente después de los 40. Entre sus componentes se cuenta, además del oro, el zinc, cobre, magnesio y leche de cabra, ingredientes que la transforman en un cosmético antioxidante, antiinflamatorio, antiage, energizante y antialérgico. Se aplica en los centros de belleza, después de una limpieza cutánea y un masaje facial. Lo óptimo es utilizarla semanal o quincenalmente, con un mínimo de 4 sesiones para obtener los resultados esperados.
La percepción de un rostro más tonificado y humectado es instantánea. Otorga más vida a la piel, con lo que se observa una restauración absoluta. Es recomendable que tras usarla no te expongas al sol y apliques bloqueador solar (mínimo FPS 30) para una mayor eficacia.
Estos son los beneficios que este producto trae consigo:
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Efecto antiedad y disminución de ojeras.
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Mayor firmeza para la piel
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Otorga luminosidad al rostro
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Nutre y revitaliza la piel
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Refuerza la barrera protectora cutánea.
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Estimula la microcirculación sanguínea y celular.
Y, conocidas sus múltiples bondades, ¿te animas a utilizarla?