Cuando pensamos en frutos secos, por lo general los asociamos a los abuelitos (recuerdo un paseo de la tercera edad al que asistí este año y me regalaron una bolsa llena de pasas, nueces y almendras). Además, son alimentos que muchas personas no consumimos regularmente. Sin embargo, este tipo de frutos - al igual que otros alimentos que son muy saludables - tienen propiedades beneficiosas para el organismo, las cuales debemos tener en cuenta. Por lo anterior, es ideal incorporar a la dieta aquellas frutas y verduras que nos ayuden a potenciar nuestra belleza natural y también a cuidar nuestra salud. Por ello, a continuación encontrarás algunos beneficios que traen los frutos secos para tu organismo.
1. Ayudan a la resistencia cuando hacemos deporte (debido a que contienen calcio, potasio, hierro y zinc) y generan un efecto positivo a nivel neuromuscular, entregándonos mayor energía.
2. En las personas jóvenes, ayudan al correcto crecimiento y a fortalecer los huesos.
3. En las personas mayores, el consumir frutos secos potencia la prevención de la osteoporosis.
4. Protegen nuestro corazón, ya que disminuyen el colesterol malo (LDL) y aumentan el bueno (HDL), además de mejorar la circulación de la sangre. Ello, debido a que contienen ácido oléico y linoleico.
5. Ayudan en el rendimiento escolar de niños y jóvenes, ya que aumentan el tejido de las neuronas así como también la conexión nerviosa. Lo anterior, favorece la capacidad de retención de los estudiantes.
6. Son antioxidantes y contienen una serie de vitaminas y minerales que ayudan a retardar el envejecimiento, además de ofrecer protección contra diversas enfermedades degenerativas como el cáncer (tienen alto contenido de vitamina E y B, fósforo, potasio, cobre, hierro y selenio).
7. Favorecen el correcto funcionamiento del sistema digestivo, gracias a que previenen el estreñimiento.
8. Al consumir frutos secos, experimentas una sensación de saciedad más rápida. Si comes una pequeña porción de ellos, entre comidas, evitarás caer en la tentación del "picoteo" con alimentos poco saludables.
9. Generan un aporte tan rico en calcio que podrían llegar a reemplazar a la leche, en aquellos casos en que las personas no pueden consumir lácteos.
10. También poseen propiedades anti inflamatorias.
Como todo en la vida, su consumo excesivo no es recomendable porque generan un alto aporte en calorías (500 calorías por cada 1000g). El ideal es consumir un puñado pequeño (alrededor de 30 gramos) cada día y además preferir aquellos con preparación natural (sin sal, azúcar y que no sean fritos ni tostados).
Imagen CC Alejandro Cortés García