Cada una de nosotras tiene un método distinto para aplicar el maquillaje. Como ya hemos conversado, hay mujeres que usan los dedos para la base, otras prefieren la esponja y algunas la broca. Para aplicar la sombra unas prefieren el pincel y otras el aplicador de esponja. ¿Ves? Todas nos ajustamos a nuestras necesidades para embellecernos día a día. Pero al tratarse de máscara de pestañas, sólo hay dos opciones: cuchara y encrespador. ¿Cuál prefieres tú?
En algunos blog la describen como una técnica milenaria. Encresparse usando una cuchara no es una tarea fácil; se tiempo y, lo más importante, un utensilio perfecto. Cuesta encontrar la cuchara adecuada, pero el resultado será siempre el mismo: un encrespado mucho más natural. ¿Cómo se hace? Sostén la cuchara desde el mango, dejando la parte cóncava hacia afuera. Haz presión al inicio de las pestañas y de a poco irás subiendo hasta llegar a la punta. Puedes repetir el paso hasta lograr el encrespado idóneo y aplicar máscara inmediatamente después.
El bendito encrespador es mi favorito; no tengo la técnica ni la gracia para logar que ambos ojos queden encrespados sólo con una cuchara. Por lo tanto, me voy a la segura con este artilugio. En precios hay una gran variedad, el más barato debe costar $990. Cuando uses este aparato, debes dar tres toques en el largo de tus pestañas. El primero es en la raíz, el siguiente en el centro y el último en las puntas. Solo así conseguirás una curvatura natural y muy linda. No aprietes con mucha fuerza o podrías terminar cortando tus pestañas.
Ninguna técnica es mejor que otra, si usas la cuchara o el encrespador de manera adecuada, tendrás un resultado favorable. Tú solo debes acomodarte a la que te entregue un encrespado bello y bien hecho. De todas maneras, aquí te dejo un video donde se explica muy bien cómo usar cada una.
Después de verlo, saca tus propias conclusiones ¡y a encresparte tus pestañas!
¿Cuál prefieres tú?