La palabra “dieta” es como maluca. La escuchamos y la verdad es que nos da un poco de fastidio. De preocupación. De hambre sin siquiera haberla empezado. Pero muchas de nosotras nos embarcamos en lo que sea con tal de lograr lo que deseamos: perder peso.
Pero en ese intento, más de una toma el camino equivocado. Es decir, en vez de pensar en la dieta como un proceso largo pero balanceado, nos lanzamos a realizar lo más extremo para ver si esos kilos –que seguramente llevan en tus caderas años- se van en tiempo récord. Y es ahí cuando las dietas locas entran en juego.
Y digo dietas locas porque obviamente ningún nutricionista cuerdo las recetaría. Son algo que inventó una persona –seguramente en el desespero- y que quizás les trajo algún resultado, pero de la manera más mala posible: pasando hambre y casi enfermándose. En las revistas EverydayHealth y Shape reseñaron algunas que no sabemos si dan risa o miedo.
La dieta del gusano: esta dieta es tan horrible como el nombre mismo. Shape nos cuenta que este régimen consiste en tragarse pastillas que contienen los huevos de un parásito llamado Taenia saginata. Se empezó a usar hacia el 1800, donde la moda victoriana apuntaba a las cinturas terriblemente pequeñas (a punta de corsé, que tampoco era una buena alternativa). La idea es que comas lo que tú quieras, pero el gusano se comerá lo que ingieras antes que los alimentos puedan ser absorvidos por los intestinos. Pero como comenta la publicación, no crean que esto es “historia del pasado”. Hace unos años, una mujer en Iwoa fue hospitalizada y le encontraron un parásito de 9 metros en el intestino, después de tomar unas pastillas que había comprado en internet.
La dieta del cigarrillo: la verdad es que, aunque pocos lo entiendan ahora, fumar no era tan mal visto unos años atrás. De hecho, muchos doctores fumaban y dejaban fumar dentro de la consulta médica. EverydayHealth nos cuenta que hacia 1920, las empresas tabacaleras promocionaban los cigarrillos por sus cualidades adelgazantes. El slogan iba algo como “Para una figura esbelta, fuma en vez de comerte un dulce”. Ok , le reconocemos que el quitarse el dulce puede traer algún beneficio pero, cambiarlo por un cigarro, no creo que te haga mucho bien.
La dieta del aire: pues sí, el aire es bueno. Todas necesitamos respirar, ¿cierto? Bueno, esta dieta te dice que literalmente, “comas aire”. Según Shape, la gente que cree en esta dieta dice que sólo se necesita aire y luz para sobrevivir. La revista nos cuenta que a pesar de lo loco y absurdo que puede sonar, algunas personas han tenido que ser hospitalizadas por seguir este sano estilo de vida.
La dieta del Twinkie: esta dieta cae en la categoría “demasiado bueno para ser verdad”. Porque díganme si les dicen que hacer una dieta donde puedas comer tu dulce/galleta/golosina preferida, en la cantidad que quieras y además perder peso, puede ser real. Lo que pasa es que, porque exista, no quiere decir que sea sana. Según EverydayHealth los orígenes de la dieta no se conocen, pero la cosa va algo como esto: cada Twinkie (que es un pastelito lleno de crema) tiene 150 calorías, la idea es comer sólo twinkies y así, adelgazas. Porque si te comes 10 pastelitos de estos, sólo estarías comiendo 1500 calorías al día. Y ese número de calorías es más o menos lo que recomienda un nutricionista. El problema está en que si bien un día te diste tu atracón y comiste 10 twinkies, no es una dieta que puedas seguir en el tiempo, porque al tercer día vas a vomitar con tan solo olerlos. Y además, no le estarías dando a tu cuerpo ningún otro nutriente más que azúcar.
Como estas dietas hay un montón por ahí. Todo porque nos apuramos y queremos resultados inmediatos. Pero la verdad es que con nuestro cuerpo, nada debería ser inmediato. Si pasaste años engordando, pues lamentablemente no vas a pasar dos días volviendo a tu peso original haciendo algo extremo y peligroso. En cambio, incluyendo hábitos sanos, un poco de movimiento y buen ánimo, el camino de perder unos kilitos no tiene que ser una locura. Es más, en este proceso seguramente descubrirás mas sobre tu cuerpo y tu salud. Eso se traducirá en amor propio, y esa sí es la dieta que todas deberíamos hacer.