Cuando afirmamos que los genes y descendencia favorecen, sin dudarlo, debiéramos pensar de inmediato en Uma Thurman. Talentosa modelo y actriz estadounidense que no sólo nos fascinó en la pantalla grande o en las pasarelas por su profesionalismo y carisma, sino también por ser dueña de una belleza única.
Rubia, de tez muy blanca y dueña de una figura envidiable de 1,80 de altura, son los rasgos que heredó de la sangre europea de su madre, ex modelo mexicana de padre alemán y madre sueca-danesa, con la cual no sólo comparte lindo rostro sino también el amor por una profesión, el interés por el mundo de la moda y el deseo de sacarle partido a todos los atributos físicos que poseía desde temprana edad. Su debut en la pantalla grande fue en 1987 en el film “Johnny be good”, con gran aceptación, aunque no fue hasta 1994 en su rol en la taquillera película y culto de todos los tiempos: “Pulp Fiction”, donde su carrera como actriz comenzó a despegar al punto tal de ser nominada a los Premios Oscar, como “Mejor Actriz de Reparto”, el año siguiente.
Luego de varios éxitos televisivos y cinematográficos, se volvió a reencontrar con el mundo de la moda al ser convocada como rostro de la marca de cosméticos Lancôme y de la casa de modas francesa Louis Vuitton en el 2005. Estas instancias le han permitido a Uma, a lo largo de su carrera profesional, poder conjugar y disfrutar ambas pasiones.
La entrega de Thurman ha sido a tal nivel, en su vida, que cuando quedó embarazada de su primer hijo, en 1998, decide tomar un receso y no aceptar papeles principales para concentrarse en su maternidad.
Amorosamente su vida ha sido de dulce y agraz, siendo foco constante del acoso mediático, y sobre todo cuando de fracasos amorosos se ha tratado. Su segundo matrimonio con su compañero de set en Gattaca, Ethan Hawke, se debió a la bullada infidelidad que protagonizó con la modelo canadiense Jen Perzow. Posterior a ello, estuvo acompañada de diversas parejas y como no hay mal que por bien no venga, actualmente vive feliz junto a sus dos hijos y comprometida con el economista Arpad Busson.
Finalmente, sólo puedo hacer hincapié que su fuerza interior proviene del sánscrito de su nombre que significa “la misericordia de la diosa”, diosa hindú de la belleza y la luz.