Cuando queremos perder peso lo probamos todo. Es la verdad. Si alguien nos dice "toma este batido de tomate con cebolla, en ayunas con las piernas cruzadas y perderás peso" seguro que hay más de una que lo hará. Porque aunque no suena bonito, lleva mucho menos esfuerzo que hacer dieta y ejercicio.
Y cuando la cosa es sencilla, pues metemos todas nuestras esperanzas y dejamos atrás todas esas señales de "es demasiado bueno para ser verdad". Y eso pasa con el agua tibia con limón en las mañanas (o a cualquier hora del día). Porque si bien puede tener un montón de beneficios en tu cuerpo, perder peso de manera mágica, no es uno.
Como Jack el destripador, vamos por partes. No hay ningún alimento ni mezcla de ellos que se lleven como magia la grasa acumulada. Esto sólo pasa cuando: 1) comemos menos de lo que nos corresponde -calorías- y nuestro cuerpo usa nuestras reservas para seguir funcionando y, 2) cuando gastamos más calorías en una actividad física. Pero no porque te tomes algo, tu grasa va a desaparecer. Eso sólo funciona con el detergente con el que lavamos los platos (y no funciona así en tu cuerpo, no lo intentes, por favor).
Womenshealthmag.com nos comenta que no hay magia en tomar agua con limón -ni en la mañana ni a ninguna hora- aunque las personas que han sustituido bebidas calóricas por el agua con limón pueden ver un cambio en su peso por la reducción de las calorías, lo cual es lógico.
En el artículo también señalan que otro aspecto positivo del agua con limón es que el estar hidratado es importante para un metabolismo sano, lo que se puede traducir en peso menos -si se está llevando una dieta y programa de ejercicio para ese fin. También, el agua con limón, o sin él, puede ayudarte a reducir la inflamación o hinchazón producida por la retención de líquidos, y esto puede hacerte sentir más liviana o desinflamada. Pero una mejora en la retención de líquido no quiere decir pérdida de grasa.
Y ¿qué de las personas que sí adjudican "quema de grasa" gracias al agua con limón?. Pues que si está basado en estudios, hay que leer bien la letra chica. En livestrong.com señalan un estudio donde los polifenoles que actúan como antioxidantes en el limón estimularon el hígado a quemar más grasa de ratones en una dieta alta en grasas. Los ratoncitos en cuestión no ganaron peso en comparación con los ratoncitos que no les daban el limón. Y sí, este estudio del Journal of Clinical Biochemistry and Nutrition del 2008 nuestra una relación entre la pérdida de peso y el limón, ¡pero estuvo hecho en ratones, no en humanos! por lo tanto no se puede afirmar como actuarán los limones en nuestro cuerpo.
Otro detalle que comenta la publicación es que la vitamina C puede ayudarte a quemar grasa cuando haces ejercicio, según un estudio del American College of Nutrition, donde tomar la dosis adecuada de vitamina C te puede ayudar a quemar hasta 30% más de grasa durante el ejercicio. Pero necesitas de 75 a 90 miligramos al día -el limón solo tiene 18 mg- y tienes que estar haciendo ejercicio. Es decir, sin el ejercicio, ¡no funciona!
Pero volvamos a lo positivo. El agua con limón también ayuda a tu digestión (si se mueven mejor las cosas en el "número dos" te sentirás menos inflamada y como comenta fitday.com las pectinas presentes en el limón pueden hacerte reducir el hambre y claro, no comer tanto.
Lo que si tienes que tener claro es que nada le gana a la magia de una técnica que se ha venido utilizando por años y que si funciona: hacer dieta y ejercicios. Sí, ayudas hay, pero la base es esa. Y con cambios inteligentes y no tan forzados, puedes lograrlo.