¿Sabes lo que te estás poniendo en el rostro? Más allá del nombre de la crema, claro. Es una pregunta complicada, porque cada vez que la hago, la respuesta es negativa. Es que no somos muy buenas para mirar los componentes de nuestros productos y desde ahí, ya estamos cometiendo un gran error.
En esta temporada estamos mucho más expuestas al sol de lo normal, por lo que los ingredientes de nuestras cremas se vuelve una información muy útil que es fundamental para el cuidado de nuestra piel. Y no es que estemos exagerando, es que de verdad que hay sustancias que nos vuelven más sensibles y pueden generar irritaciones y quemaduras en nuestro rostro y cuerpo.
Entonces, ¿qué podemos hacer? En verano debemos utilizar cremas que no tengan ácidos glicólicos ni retinoicos, principalmente. Éstos ayudan a eliminar las células muertas de nuestra piel, haciendo que ésta se vea mucho más luminosa y rejuvenecida, actuando como un exfoliante. Hasta ahí, maravilloso. Pero lo que ocurre es que dejan nuestra piel más sensible, ya que se le elimina una capa y queda desprotegida. Si a esto le sumamos una exposición al sol, nuestra piel sufrirá las consecuencias con una terrible irritación o quemadura.
Si bien esto no significa que por ningún motivo debamos utilizarlas en esta época, sí es importante intentar restringir su uso y, cuando se utilice, se tomar medidas. Lo mismo pasa con la exfoliación. Podemos llevarla a cabo en esta época, pero intentando disminuir su frecuencia (en vez de una vez a la semana, mejor hacerla semana por medio o incluso cada tres y así darle más reposo a nuestra piel) y tomando en cuenta los siguientes tips: En primer lugar, siempre estar bajo la protección de una crema solar. Segundo, intentar utilizarlas en la noche para darles tiempo de regenerarse. Por último, complementarlas con alguna crema regenerativa para así ayudar y fortalecer nuestra piel.
No se olviden, nosotras somos las responsables de lo que ponemos en nuestro rostro y cuerpo, por lo que debemos informarnos. Muchas irritaciones, reacciones alérgicas y manchas son evitables si sabemos utilizar los productos.