Ok, después de tanto carrete, comidas familiares, reuniones con los amigos y almuerzos de oficina, pasaron las fiestas y llega la calma. Lo que pasa es que esa calma muchas veces viene con un poco de arrepentimiento, pantalones apretados y la guata algo prominente.
No desesperes, porque es totalmente normal. No vayas a pensar que engordaste 20mil kilos de grasa. De hecho, lo mejor que puedes hacer es ni siquiera pesarte. Porque muchas veces, toda esa "hinchazón" y lo que tú crees que son kilos de más, son simplemente lo primero: inflamación. Esta viene por el exceso en el consumo de alimentos procesados, mucha sal, muchos carbohidratos simples, grasas saturadas y alcohol. Todo eso hace que tu cuerpo retenga líquido, produzca gases por la mala y pesada digestión y te sientas con la panza del viejito pascuero pero en enero.
La verdad es que en poco tiempo, todo puede volver a la normalidad. No es necesario dietas extremas, detox hechos a base de jugo de esencia de espinaca ni retiros religiosos. Con estos tips, puedes empezar a des-hinchar tu cuerpo casi de manera mágica (y con sólo un poco esfuerzo)
-Come vegetales con agua: Aquí no quiero decir que bañes en agua los vegetales que te comas, lavarlos está bien, pero no tienes que hacer una sopa. Lo que debes incluir en tus comidas estos días son vegetales como la lechuga, el pepino y los espárragos. Están cargados en agua, son diuréticos y tienen pocas calorías. También frutas como la piña y la sandía son tus mejores amigas. En cambio, el brócoli, el repollo y el coliflor, te pueden producir gases y esto hará que te sientas más inflamada. Esta semana, los tratas con respeto y distancia.
-Cuida la sal: Como te comenté antes, mucha parte de ese "peso" que sientes en el cuerpo se debe a la retención de líquidos producida por el exceso de sal que tienen muchas de las delicias que te comiste en las fiestas. Los chips, carnes preparadas y embutidos son los primeros agresores. Estos días te toca ser imaginativa con las especias y aderezar tu comida con ellas. El vinagre y el jugo de limón pueden darle una mano al sabor de tus ensaladas sin que tengas que recurrir al salero.
-Cuidado con las bebidas con gas: Con este calor es difícil resistirse a una bebida fría en la calle. Pero cuidado. Desde agua gasificada hasta las sodas light pueden sumarle a la hinchazón porque llenarán tu estómago e intestinos de gases. Una buena opción es preparar aguas saborizadas en casa: aprovecha las frutillas, tunas y naranjas, pícalas en pedazos o rodajas y ponlas en una jarra grande con abundante agua. Guarda en la nevera y tendrás un agua con sabor hecha en tu cocina.
-Come con calma y lo correcto: Es decir, más vegetales, más frutas y menos cosas procesadas. Pero hay un ingrediente importante que debes incluir que es comer con calma. El comer con prisa te llena de gases, no hace que disfrutes tu comida y muchas veces comes de más porque no le das tiempo a tu cerebro de que entienda que ya es suficiente. Y otro agresor que parece inocente son los chiclets o goma de mascar, así no tengan azúcar. Ellos también colaboran en la producción de gases en tu sistema digestivo.
El último tip que te doy es uno que parece de abuelita, pero es el más efectivo: tienes que relajarte. Si ganaste peso, te sientes hinchada, o como sea, del apuro sólo queda el cansancio. Quizás esa "hinchazón" te acompaña desde hace años (que entonces, quizás si es gordura y no lo que comiste sólo un fin de semana) o de verdad tu cuerpo se está revelando a los excesos. No hay manera de apurar los procesos. Tómalo con calma, haz lo que tienes que hacer y si te toca perder peso, recuerda que el remordimiento no quema calorías.