Una de las cosas más desagradables que le puede ocurrir a nuestro cabello es la aparición de caspa. La caspa son pequeñas escamas de color blanco, grisáceo o amarillento que aparecen en nuestro cuero cabelludo, dando una apariencia desagradable al pelo. Ésta se suele relacionar a las personas descuidadas y con mala higiene cuando no necesariamente es así.
La caspa nerviosa es un tipo de caspa, que tal como lo indica su nombre, aparece en situaciones de estrés profundo o de mucho cansancio, por lo que aunque lavemos y cuidemos nuestro cabello la caspa no va a desaparecer si no nos enfocamos en la causa principal.
Debemos saber que hay dos tipos principales de caspa: la caspa seborreica y la caspa seca. La primera, afecta a personas de cabello graso y es la más difícil de erradicar. La segunda afecta a quienes tienen el cuero cabelludo y el pelo más seco.
La caspa nerviosa puede corresponder a cualquiera de los dos tipos de caspa, pero su tratamiento requiere más esfuerzo que el de la caspa normal, ya que el estado de ánimo influye en ella. Generalmente es hereditaria y no tiene remedio definitivo, solo paliativo.
Hay que tener en cuenta que la caspa puede aparecer o reaparecer en cualquier minuto, por eso los tratamientos serán para mantenerla bajo control.
Primero, deberemos establecer la razón por la que nos ha aparecido caspa. Si notas que en períodos de estrés tu caspa suele aparecer sin motivo, es evidente que la razón no tiene que ver con la calidad del shampoo que usas. No es fácil lidiar con la caspa nerviosa, pues muchas de las razones por las cuales podemos estar sufriendo cuadros de estrés no podemos controlarlas así tan fácil (el tráfico, el trabajo, problemas graves como cambio de casa, fallecimiento de algún ser querido, cesantía, problemas económicos, etc.) Entonces, lo primero que debemos hacer es intentar aminorar al máximo el estrés a nuestro alrededor, ya sea evitando (en la medida de lo posible) las aglomeraciones, los tacos, dándote un buen baño de tina, escuchar música relajada, realizar alguna actividad de meditación y relajación como colorear mandalas, o hacer yoga. Todo esto parece absurdo si pensamos en que lo que buscamos solucionar es un problema capilar, pero debemos entender que es un tipo de caspa que tiene directa relación con los estados nerviosos. Descansar y dormir lo suficiente también nos ayudará a relajarnos.
Si sabemos que somos ansiosos y nerviosos por naturaleza, podemos probar con la homeopatía, tomando por ejemplo valeriana, melisa, etc. O directamente pidiendo ayuda a un psicólogo o psiquiatra según corresponda. Atacando el problema desde adentro, solucionarás muchos otros problemas en tu vida y la caspa será el menor de ellos.
Junto con lo anterior, hay que utilizar un shampoo especial para la caspa. En el mercado hay varios que nos darán buenos resultados, pero si queremos potenciar aún más el efecto podemos intentarlo con remedios naturales. Uno muy efectivo es el limón. Luego de lavar nuestro pelo, cuando aún se encuentre húmedo, debemos aplicar en nuestro cuero cabelludo el jugo de un limón. Dejarlo actuar unos minutos y enjuagar bien. El vinagre de manzana también ha probado dar buenos resultados y, contrario a lo que se pueda pensar, no deja olor al enjuagarlo.
Si el problema persiste a pesar de todo, es buena idea visitar a un dermatólogo para que nos dé un tratamiento más personalizado. El doctor, además de recomendarnos un shampoo o algún producto específico, puede recomendar antihistamínicos, que en el caso de la caspa nerviosa resultan ser muy efectivos.
No olvides que aunque sea difícil, debes intentar no angustiarte con este problema ya que eso agravaría la situación, recuerda que la caspa que tienes es precisamente por estar demasiado estresada. Pon manos a la obra y verás como en poco tiempo puedes erradicar casi por completo tu caspa nerviosa.