Mucha gente se ve espectacular luego de una sesión de solarium, pero ese no fue mi caso. Estuve mucho más cerca de parecerme a David Schwimmer en Friends que a la siempre estupenda Jennifer Aniston. Ojo que no critico el sistema y muchas de las cosas que me pasaron fueron por ir desinformada. Les contaré la historia paso a paso, para que sepan con claridad por qué nunca volvería a ir.
En la búsqueda por verme bien, disimular varias pifias y no exponerme a los rayos del sol, decidí aprovechar una oferta de una página de descuentos, donde me daban 5 sesiones de solárium en spray a un precio ridículamente barato. Tomé mi tarjeta de crédito y sin pensarlo mucho estaba pidiendo hora. El centro era muy normal, pero claramente no me hicieron ninguna atención tan personalizada, ni cuando pedí la hora por teléfono ni cuando llegue, por lo tanto no había exfoliado mi piel el día antes y además que entre depilarme con cera y mi visita al solárium, sólo alcancé a tomar un café entremedio, mi piel estaba demasiado sensible y mis poros aún no habían cerrado. Con esos detalles claros, les seguiré contando.
Me hicieron pasar a una sala estilo sauna, donde tenía que quedarme de pie con sólo ropa interior, ojalá lo más chica posible. Por suerte en esto le achunté y llevé un colaless negro mínimo. Me hice un moño, aplicaron el producto y me dijeron que esperara unos 10 minutos para vestirme. En verdad el tiempo fue menor, ya que me tocaron la puerta de la sala porque había otra clienta esperando y necesitaban usarla rápido.
Salí creyéndome lo más regia del mundo con mi bronceado, pero cuando llegué a mi casa y me saqué la ropa, encontré que estaba completamente manchada, pero no fue lo único. Al día siguiente desperté y las sábanas estaban peor, parecía que un pintor había dado brochazos en ellas. Pero eso fue lo de menos, mis piernas que estaban recién depiladas a la semana se llenaron de granos y puntos negros, tapando los poros y logrando que al menos un tercio de los pelos se encarnaran. Estuve un par de meses exfoliando con una esponja especial y depilándome una vez a la semana hasta que el ritmo de crecimiento volviera a ser el mismo.
En conclusión, yo no volvería a hacerlo, aunque si alguien quiere, por favor infórmense bien antes de cualquier tratamiento de belleza, ya que muchas veces no son compatibles con parte de nuestra rutina y hasta pueden haber quemaduras en la piel por procesos químicos.