Buscar nuevas marcas de esmaltes nunca es un desafío. Siempre está lleno de alternativas en el mercado, pero siempre es bueno leer antes sobre las nuevas opciones que están saliendo. Mi prima tiene una colección enorme de esmaltes y gracias a ella conocí la marca Zoya.
Hace no mucho tiempo, Colorama lideraba el mercado en nuestro país: buen precio y variedad de colores. Después llegaron los OPI, los Nicole y los China Glaze. Ahí los precios eran bastante más altos comparado con Colorama. Pero la calidad valía totalmente la pena.
Cuando descubrí los esmaltes Zoya, se sumaron a la lista de los esmaltes caros pero que valen la pena. Los colores están dentro de la gamas que ya conocemos, pero siempre sirve ir innovando en marcas y productos. Mi color favorito es el rojo tirado para vino tinto. No tienen grumos, se aplican fácilmente y se secan rápido. Me logré pintar las uñas el lunes. Por mi trabajo, sólo tengo tiempo en la noche cuando llego e inmediatamente me quedo dormida. No tuve que preocuparme de arruinarlas mientras dormía, porque el secado estaba listo como en 10 minutos más o menos. Yo encuentro que es un tiempo bastante bueno, teniendo en cuenta que no tengo máquinas para secado de uñas. He lavado la loza y hoy viernes, aún se mantiene el esmalte. Por lo menos, dura 4 días puesto sin problema alguno.
En Chile puedes encontrar el producto en Falabella a $5.990. Tienen cerca de 31 colores diferentes. Lo sé, un precio alto si lo comparamos con los Colorama que salen $1.190. Según Eco Watch, Zoya es un producto no tóxico. Por lo tanto, aparte de tener las manos lindas, estamos libres de productos e ingredientes dañinos. Y si a eso sumamos que no son testeados en animales, concluimos que en realidad es un producto por el que vale totalmente la pena pagar esos casi 6 mil.
Te invito a probarlos