El año pasado tenía un matrimonio y como no quería que mi escote me hiciera pasar alguna vergüenza, quise utilizar mi fiel doble contacto para asegurar la tela a mi piel. Como suele pasar en estos casos, la Ley de Murphy hizo su aparición en todo su esplendor y no encontré por ningún lado mi doble contacto.
En la desesperación, mientras me maquillaban y peinaban, mandé a alguien a comprar uno y por supuesto, habían desaparecido todos los doble contacto de la faz de la tierra, así que me terminaron trayendo uno de 3M. Obviamente casi se me cayó la cara, pero los vendedores re juraron que esos se vendían precisamente para asegurar la ropa y que siempre las mujeres se los llevaban. Sí, claro.
Bueno, no tenía más opción, o usaba eso o me arriesgaba a ser más recordada que la novia con un bochorno en el medio de la pista de baile, así que prácticamente me forré con la famosa cinta y fijé bien el vestido a mi piel.
Funcionó perfecto, duró toda la noche, ningún problema…hasta que llegué a mi casa a las siete de la mañana y al tratar de sacarme el vestido ya noté lo que se venía. Me dolía como si me estuviera desgarrando la piel…y eso mismo pasó. Me hice unas tremendas heridas, no sólo me irritó (cosa que supuse podía pasar porque mi piel es muy sensible, sobre todo si hablamos del busto). Literalmente “me sacó el pedazo”. Así que antes de que esto se vuelva un artículo gore, les contaré que esperé un tiempo a que las heridas sanaran un poco y me puse a buscar alguna opción para evitar que me quedaran las marcas, ya que se veían bastante graves para haber sido causadas prácticamente con scotch.
Entonces, me compré Cicatricure, el gel milagroso que supuestamente te elimina hasta las estrías y ahora también las arrugas. Según las instrucciones de uso, se debía usar tres veces al día sobre la cicatriz y vería resultados en poco tiempo. Les cuento que en menos de un mes se cumple un año del famoso matrimonio y yo no veo ningún cambio notorio. Si bien las marcas se notan un poco menos, lo atribuyo más al paso del tiempo que al producto.
Confieso eso sí que no fui cien por ciento obediente en la aplicación como indicaba el envase, ya que decía que para cicatrices nuevas se debía aplicar tres veces al día y yo lo hacía dos, en la mañana antes de ir al trabajo y en la tarde al volver, porque no tenía otro momento para una tercera aplicación.
Al principio eso sí, lo usé todos los días, se acababa un envase y compraba otro y así, hasta que dejé de comprarlo porque en serio no vi ningún cambio extremo y eso que todavía me queda algo de gel que me aplico de vez en cuando.
Sé que les conté de forma exagerada que mis heridas casi necesitaron cirugía, pero creo que no eran un desafío tan grande para un producto que promete tanto. Yo al menos siento que no me sirvió de mucho y repito, le atribuyo más al paso del tiempo que a Cicatricure el hecho de que mis marcas ahora se noten menos.
Por ahora, prefiero probar con aceites y aloe vera directamente de una planta que tengo en casa. Les contaré cómo me va con eso.
De todas maneras, si quieren probar Cicatricure, lo venden en supermercados y farmacias a $9.990 los 60 grs. aproximadamente.