Muchas mujeres se acomplejan y se sienten inseguras cuando el vello facial se nota demasiado. Preocuparse del bigote o de las cejas no resulta muy complicado, todas conocemos miles de técnicas para deshacernos de esos pelitos indeseados. Pero, ¿qué hacer cuando queremos, por ejemplo, que se note menos el vello de las mejillas o la frente? Utilizar cera resultaría demasiado agresivo y ni hablar de recurrir a una afeitadora con navaja.
Si crees que tu vello facial se nota demasiado por ser muy oscuro, o si simplemente quieres aclararlo para darle más luminosidad a tu cara, hay varias formas para hacerlo. La que elijas dependerá del tiempo que estés dispuesta a esperar para ver resultados, de tu tipo de piel y de la “gravedad” de tu problema.
Dentro de las alternativas naturales, la aliada número uno para aclarar el vello es la manzanilla. Además de su cualidad aclarante, la manzanilla tiene propiedades calmantes que ayudarán a tu piel y a la vez te relajará sentir su aroma.
Lo primero que debes hacer, es preparar una infusión de manzanilla con agua hervida, tal como si te fueras a preparar un té. Puedes usar flores secas o bolsas ya listas. Deja que repose para que se enfríe y cuando el agua esté tibia, empapa un algodón y pásalo por las zonas que quieras aclarar. Deja que actúe un buen rato y si quieres te enjuagas la cara después, aunque puedes dejarla sin problemas a modo de tónico facial. Exponerse un poco al sol luego de aplicar la manzanilla puede acelerar el proceso, pero recuerda que hay que proteger la piel. Debes tener paciencia porque si bien la manzanilla es efectiva no es de un día para otro. Mientras más seguido apliques el agua de manzanilla en tu rostro, más rápido verás resultados.
Otro truco que funciona es el agua oxigenada. Limpia bien tu rostro primero y luego humedece un algodón con agua oxigenada. Pásalo por las zonas de tu rostro que quieras aclarar y después toma sol entre 20 y 30 minutos. Te recomiendo que luego de limpiar tu cara te apliques protección solar y luego de una hora te expongas al sol. Ten en cuenta que el agua oxigenada puede picar un poco o provocar ardor. Si sientes que es demasiado, aborta misión inmediatamente y lávate la cara. Finalizada la media hora, enjuágate con agua fría y usa tu crema habitual. Mucho cuidado con el contacto con los ojos y con aplicar en zonas donde tengas la piel dañada ya que te irritará y dolerá.
Si no te convence el agua oxigenada, puedes intentar con el limón. Además de ser un gran blanqueador, el limón es astringente, por lo que ayuda a las pieles grasas o con tendencia al acné. Mezcla un poco de juego de limón con agua para diluirlo y si quieres agrega unas gotas de aceite de oliva. Vierte la mezcla en un rociador en spray y aplícala en tu cara evitando los ojos. Deja secar veinte minutos, o si eres impaciente, utiliza tu secador de pelo en una temperatura media y después enjuaga tu cara con agua fría o tibia. El efecto no es inmediato, por lo que debes repetirlo varios días hasta que consigas lo que quieres.
Por último y como medida extrema y la más efectiva, utiliza un decolorante (como el Blondor) que puedes comprar en la farmacia. Sigue las instrucciones que aparezcan en el envase del producto que compraste y verás resultados inmediatamente. Esta opción es la más agresiva de todas con tu piel, así que úsala solamente si tu piel no es demasiado delicada o te irritará y provocará alergia. No está de más que pruebes en una zona pequeña primero. También ten en cuenta que si tu piel es demasiado morena, el decolorante puede hacer que tus vellos destaquen aún más, pues quedarán muy rubios, entonces en lugar de hacerse invisibles resaltarán más.
Como ves, alternativas fáciles y económicas sobran, ahora sólo debes preferir la que se acomode mejor a tus necesidades.