A los quince años recibí como regalo mi primer perfume. Mi papá decía que era importante que ya siendo “señorita” tuviera mi propio perfume, pues consideraba que era un sello de distinción, de elegancia y feminidad. Puede sonar un poco machista o hasta retrógrado, pero ahora después de tantos años me causa ternura y hasta agradezco que mi papá me haya hecho parte del clan de perfume-adictos que somos en mi familia.
La verdad, siento que eso de pasar a la adultez y necesitar un aroma propio que me acompañara día a día era en realidad una forma que tuvo mi papá para traspasarme su obsesión por los perfumes, pues cada vez que podía me regalaba uno sin importar la ocasión (¡algo que nunca me molestó en todo caso!)
Como ya han pasado varios años desde ese primer perfume, mi colección ha ido aumentando notoriamente y aunque de chica me acostumbré a perfumarme sagradamente todos los días, debo reconocer que nunca antes me había comprado uno, ¡porque tenía muchos! Así que podía pasar fácilmente un mes oliendo diferente cada día.
La gama de mi repertorio aromático va desde los cítricos (mis favoritos) hasta los dulces, pasando por los más exóticos y juveniles para terminar en los clásicos. Tengo un perfume para todo. Algunos que uso sólo en invierno, otros que prefiero para los días extra calurosos por su aroma fresco y liviano. También están esos que me hacen sentir la mujer más sexy del planeta con sólo rociar un poco en mi cuello. Según yo, no necesito más. O eso pensaba.
Mi regla casual y silenciosa de no comprarme perfumes terminó el día en que olí por primera vez el aroma exquisito de CH de Carolina Herrera. Busqué por todos lados este perfume, que como justo era época de Navidad, no se encontraba por ninguna parte. Yo no quería regalárselo a nadie, ¡lo quería sólo para mí!
Lo que más me llamó la atención, es que su aroma no es de los que suelen gustarme. Pero éste tenía algo especial.
CH de Carolina Herrera es un perfume fuerte, de esos que se hacen notar y por ningún motivo debes usar si quieres pasar desapercibida. Tiene la facultad de inundar con tú presencia cualquier lugar al que llegues y no porque sea “pasoso” o muy invasivo. Sus notas florales fuertes lo hacen digno representante de las mujeres con carácter, independientes y seguras, pues envuelve todo con personalidad y sensualidad.
La fragancia de CH está inspirada en la niñez de la diseñadora que da nombre a esta eau de toilette. Sus notas de salida son la bergamota de Italia (una fruta cítrica), el melón, el pomelo y el limón de Sicilia, los que le otorgan acidez para neutralizar la dulzura explosiva de sus notas de corazón: rosa búlgara natural, jazmín Sambac, flor de naranjo, praliné y canela. Por último, las notas de fondo son el sándalo, cedro, ante, cashemere, patchulí y ámbar.
Dicen que lo importante es el interior, pero en el caso de los perfumes, al menos a mí, me llama mucho la atención el frasco que contiene el elixir de mi devoción. Los envases de los perfumes son pequeñas piezas de arte y CH no es la excepción, mezclando un diseño sofisticado y elegante con un estilo moderno y potente, que queda de manifiesto en el color elegido para abrazar este perfume: el rojo pasión. Y si no hay nada que destaque más que un rojo furioso, CH va más allá incorporando el cuero con sus letras estampadas en él.
CH, al igual que todos los perfumes de Carolina Herrera, posee una excelente fijación (¡así que cuidado con usar demasiado! Sólo un toque basta para impresionar)
Si tú también te quieres empapar del espíritu de CH de Carolina Herrera, lo puedes encontrar en todas las grandes tiendas en versiones de 30 ml y 50 ml en precios desde los $20.900 aproximadamente.