¿Recuerdan hace algunos años, cuando armaron su primer cosmetiquero? Seguro muchos de los productos que pusieron en él, desaparecieron o fueron descontinuados. Quizás se pregunten cómo fueron capaces de utilizar algunos tonos o tolerar ciertas texturas y quizás haya cosméticos que recuerden con mucho cariño, anhelando su regreso. Pues bien, yo recuerdo los que integraron mi primer necessaire, algunos de los cuales siguen vigentes y otros, sólo en mi memoria. Les comparto mis evocaciones:
1. Labial “Niza”, de Pamela Grant: Éste era un “must”; el objeto de deseo de todas las jovencitas de mi edad. Tenía un tono marrón intenso y la verdad es que se mantenía por bastante tiempo. Recuerdo que al comenzar a aplicarlo, mi mamá decía que parecía un vampiro chupasangre. No importa, yo lo amaba; me hacía ver top y aún ahora lo recuerdo con cariño. Pero ya no es posible encontrarlo en el comercio.
2. Frutilla maravillosa, de Avon: No importa qué edad tengas, ¡seguro tuviste una de éstas!. Y es que pueden considerarse una leyenda en lo que a cosmética respecta. Perfectas para maquillar los labios sutilmente a la hora de ir a clases o en el día a día, con el plus de tener un delicioso sabor y aroma. Dejaban un encantador brillo en la boca. Además, su empaque era ¡primoroso!. Si quieres evocar hermosos recuerdos, puedes obtenerla en los catálogos de Avon, por $3990.
3. Pop Love Chocolate, de Avon: Era una variante del “Niza”, de Pamela Grant, igual de coqueta, pero mucho más natural. Pasaba más piola si querías usarla al salir del colegio, sin parecer puerta egipcia llevando el uniforme. El tono era bastante bonito, similar al de los labios, pero con ligeros matices cacao. Además, tenía sabor e intenso aroma a chocolate. Aún es posible encontrarlo, en la línea Color Trend, por un precio regular de $4490.
4. Base de maquillaje: No recuerdo con exactitud cuál era la que utilizaba, pero sí que venía en una botellita de vidrio con tapa blanca. Era bastante oleosa y dejaba una sensación pesada en la cara, por lo que no me gustaba aplicarla; solamente en eventos especiales. Además, aún no descubría las maravillas del uso con brochas o la versión mousse.
5. Sombra de ojos de varios colores: Ésta es ¡clásica! y la venden en sectores como Meiggs o Patronato, especialmente ante la proximidad de fechas como la Navidad o el Día de la Madre (al menos, aún la he visto). Llevaba un espejito y al menos 24 tonos de sombra con glitter, en pequeñísimos cuadraditos. ¡Yo rayaba con este producto!
6. Máscara de pestañas verde, Oriflame: Como mis ojos son cafés con ciertos toques verdes que se aprecian conforme a la luz, quise utilizar una máscara “distinta” para potenciar dicho tono. Además, siempre me caractericé por querer ser original, así que compré esta extravagancia que - pese a su originalidad - no venía bien con todo.
Y ustedes, ¿qué producto recuerdan de su primer cosmetiquero?