Usualmente pinto mis uñas durante la noche, dejando que sequen mientras veo mis series favoritas. Utilizo un esmalte de secado rápido y quedan ¡radiantes!. Sin embargo, a veces el cansancio me vence y dejo estos menesteres para el siguiente día, instancia en la cual las coloreo rápidamente. Pero, como la Ley de Murphy nunca falla, ¡se pican sólo de mirarlas!
Como es seguro que esto te ocurre también, te tengo algunos útiles consejos para evitar esta molestia:
1. Prepara las uñas aplicando quitaesmalte antes de colorearlas. Esto les quitará el aceite, suavizando la superficie y facilitándote el trabajo.
2. Usa dos capas: una de base (puede ser esmalte transparente vitaminado) y otra tonalizante. Para finalizar, usa un sellador, que protegerá tu manicure.
3. Utiliza un producto de calidad ¡o prueba el esmaltado permanente!. OPI, Sally Hansen son excelentes alternativas, y en mi caso, los Essence me han funcionado perfecto y son bastante económicos. La opción permanente, en tanto, garantiza 14 días de color ¡sin piquetes!
Y bien, ¿estás lista para una manicure cero faltas?