Nuestros polvos cosméticos siempre están expuestos a sufrir accidentes. Recuerdo que en una oportunidad, mientras conversaba con una amiga, su hijo pequeño se metió en mi cosmetiquero sin que lo advirtiéramos. No halló nada más entretenido que abrir mi polvo compacto y jugar con él. No sé con qué especial habilidad lo hizo, pero lo dejó en pedazos. ¡Cosas de chicos!. Mi amiga lo tomó como gracia, pero a mí no me causó tanta risa. En fin, sólo resignación; son cosas que pasan y afortunadamente, las podemos resolver en pocos pasos. ¡Toma nota y aprende cómo!
1. Toma las piezas rotas de tu polvo y mételas en el empaque. Luego, cúbrelas con plástico y valiéndote de un cuchillo u otro artilugio similar, las rompes en pedazos más pequeños. El plástico tiene por objeto impedir que el producto se contamine o disperse, así es que ten cuidado de no romperlo.
2. Una vez que tengas pulverizados los pedazos, rocía un poco de alcohol en todo el producto. Esto lo hará más fácil de manejar, ¡casi como mantequilla! Así es que con una espátula esterilizada, unifica.
3. Con una de tus brochas, acomoda las orillas y deja que se seque por algunas horas. ¡Se verá como nuevo!
Por lo mismo, si al igual que a mí, te ocurre que tu maquillaje cae en manos de niños o sufre una lamentable caída, ¡no te amargues! Visita idBelleza y recuerda que todo tiene solución. ¡Salud por eso!