No hay forma de negar que Carolina Ardohaín es una mujer realmente atractiva. Codiciada por los hombres y admirada – o envidiada – por las mujeres "Pampita" es sinónimo de belleza, buen vestir y simpatía.
En un principio la conocimos como sex symbol con pequeños trajes de baño mostrando su magnífico cuerpo. Luego vimos cómo se transformaba en una mujer más seria conquistando pasarelas como modelo de alta costura, dando entrevistas para las portadas de revistas de papel couché y ahora apreciamos cómo se desenvuelve como jurado en Desafío Fashionista Latinoamérica, con acertados comentarios sobre el mundo de la moda.
Además, nos hizo parte de su vida cuando conquistó a nuestro guapísimo y talentoso Benjamín Vicuña, formando una bella familia que ha pasado altos y bajos, especialmente cuando vivieron la difícil experiencia de perder a su pequeña hija Blanca.
Lo que más me agrada de Pampita es que ella es una mujer menudita, curvilínea y orgullosa de ser una morocha natural. Capaz de sacarse partido con prendas simples, bien combinadas y jamás complicándose por su baja estatura de 1,60 centímetros –tomando en cuenta que las modelos son hiper altas– sobre todo algunas de sus compatriotas argentinas, que la rechazaban un poquito por ser pequeña.
Su rostro proyecta simpatía, llevando siempre el maquillaje justo y necesario para que sus facciones resalten más, sin perder su característica cara angelical.
Actualmente Pampita es rostro de dos áreas totalmente opuestas: por un lado posa con su escultural cuerpo para la marca argentina de trajes de baño y bikinis, Ailyke; y por el otro, siendo la cara oficial en Chile del C4 Lounge de la automotora Citroën.
Dedito para arriba para esta rompe esquemas argentina Carolina Ardohaín; por ser guapa, simpática y sobre todo humilde.
Imagen CC Twitter Pampita Oficial