Es clásico. El quillay es con lo único que mi abuela se lava el pelo y nunca falta en su baño. Hace un tiempo, cuando yo andaba loca haciéndome cosas en el pelo como tiñéndomelo y usando mucho la plancha, se me echó a perder mucho el cabello. Además de tener una escoba de puntas, lo tenía sin brillo y se veía triste.
Aparte de llevarme a la peluquería, mi abuela, que siempre anda con sus recetas caseras, me mandó a la feria a comprar corteza de quillay. La dejó hervir por dos minutos y le echó esa agüita al shampoo que uso a diario. Después de un tiempo, mi pelo había totalmente cambiado para bien.
Es que el quillay, además de ser un arbolito nacional, se utiliza para reafirmar el color del pelo, darle fuerza (para que crezca sano), le da brillo y limpia profundamente de la forma más natural que puede haber. Esto se debe a la saponina, que es un detergente natural que lleva su semilla. Esto funciona en cualquier tipo de cabello, pero lógicamente es ideal para el pelo graso, con caspa o como el mío, muy teñido.
Aparte de la corteza de este maravilloso arbolito, que es fácil de encontrar en cualquier lugar donde vendan hierbas, existen diversas marcas de shampoo con extracto de quillay, que se pueden comprar en cualquier supermercado. También en algunas farmacias venden shampoos artesanales con quillay.
¡Así es que se los recomiendo mucho! No dejen de probarlo, les prometo -por experiencia propia- que no se van a arrepentir.
Imágenes CC Mateus Lunardi Dutra - Jason Hollinger