Recuerdo cuando vi la miniserie “Cleopatra”, por allá por el año 2002, y admiré sinceramente el espléndido trabajo de la actriz chilena Leonor Varela. Compartió escena con destacados créditos del cine internacional (como Timothy Dalton y Billy Zane, quien fue su pareja) y no deslució. Al contrario: representó con maestría a la astuta, orgullosa, intensa y sensual reina egipcia, llevándonos a comprenderla y admirarla.
Pero esta producción histórica no fue la primera oportunidad en que pudimos deslumbrarnos con el talento de nuestra viajera compatriota (que creció en lugares tan disimiles como Costa Rica, Alemania, Estados Unidos y Francia, país del cual adoptó la elegancia y distinción propias de sus nativas): ya antes habíamos apreciado su talento en la teleserie “de culto” Tic Tac y en breves apariciones en películas tan rimbombantes como “El hombre de la máscara de hierro”, junto a Leonardo Di Caprio.
Más allá de sus indiscutibles capacidades actorales, Leonor es dueña de una exótica belleza: morena, de cabello ondulado, grandes ojos, facciones perfectas y sensualidad innata. Por lo mismo, no es de extrañar que marcas como Ripley y Pantene la tengan como rostro. Además, la intérprete genera gran simpatía entre las audiencias, producto de que siempre ha estado profundamente implicada en diversas causas sociales y el coraje con que ha enfrentado la compleja enfermedad de su primogénito, Matteo, características que hacen de ella una mujer ¡admirable!.
Y tú, ¿también te dejaste encantar por nuestra Cleopatra?
Imagen Twitter Leonor Varela