A veces voy por la calle y me quedo un buen rato mirando a las mujeres que tienen cabello largo. ¡Me encantaría tenerlo así! Pero tengo el pelo súper hiper crespo y ni se imaginan cuánto me cuesta que crezca. Hago verdaderos esfuerzos para cuidarlo y con una paciencia única.
Lo he intentado hasta el momento con cremas megas hidratantes, las famosas pastillas anticonceptivas en el shampoo y nada me daba resultados. ¡Ya estaba perdiendo la esperanza!. Pero un día me hablaron del aceite de argán; no tenía idea de su existencia y ¡vaya que sorpresa me llevé!
Compré un frasco de los chiquitos sólo para probar y me di un buen masaje. Luego lo dejé unos 20 minutos y al mes ¡me había crecido el pelo! Ni yo me la creía, jaja. Quedé realmente asombrada con sus resultados y comencé a averiguar más de este maravilloso producto, benéfico tanto en la salud como en la belleza.
El argán es un árbol único en el mundo - Arganda Spinosa - que crece sólo en el suroeste de Marruecos. Es muy conocido, ya que tiene un alto contenido en vitamina E y es regenerativo de la piel. Además suaviza, hidrata y aporta brillo al cabello, restaurando la capa hidrolipídica cutánea y aumentando el contenido de las células.
Amigas, ¡pruébenlo! Hace milagros. Se los digo yo, que no veía ningún resultado. Es ideal para fortalecer el cabello y se aplica masajeando 30 minutos antes de lavar. Lo mejor es que no deja un efecto grasoso e incómodo, como pasa con otros productos o cremas.
En mi caso, probé uno llamado Baby Liss, pero existen muchas variedades en el mercado y por distintos precios. Sólo es cosa de buscar y ¡tener un cabello más sano y bello en tiempo récord!.
Imagen CC Babylissprola.com