Aunque no lo creas, el estrés genera impacto en la calidad de nuestra piel. Trabajar al filo del tiempo, full presión y cumplir además con las exigencias de la vida en pareja (o familiar), provoca que la piel cause neuropéptidos, pequeñas proteínas que se traducen en problemas tan poco estéticos como psoriasis, acné o eczemas. Para combatir este drama, además de una visita al dermatólogo para que prescriba los productos tópicos adecuados, debes cambiar tu estilo de vida:
1. Respeta horarios en cuanto a tu dieta, ejercicio y cuidado de tu piel. No te dejes vencer por la tentación de quedarte en la cama y no quitarte el maquillaje, saltarte la dieta para asistir a esa gran cena u omitir por cansancio la serie diaria de abdominales. Mentalízate y cumple: ¡sólo así obtendrás buenos resultados!
2. Procura relajarte: Practica alguna disciplina que te brinde paz y equilibrio, como el yoga. Además de eso, destina unos minutos a ti misma al finalizar el día: enciende inciensos, cierra los ojos, oye buena música y concéntrate en la respiración. ¡Notarás la diferencia!
3. Evita pellizcarte: El estrés y bajón emocional de fin de año te harán reparar mayormente en esos detalles que no te agradan de tu cutis. Evita sucumbir a la tentación de apretar los granos y espinillas. Deja que la piel se recupere por sí misma.
Y tú, ¿cómo enfrentas el estrés de fin de año y los estragos que causa en tu piel?
Imagen CC Renata Alves dos Anjos