Los perfumes nos definen. Representan cómo nos sentimos y la imagen que queremos proyectar al mundo. Tras percibir una fragancia, sentimos que esta nos envuelve, adecuándose a nosotras, acompañando vivencias y formando parte de nuestra esencia. He allí su importancia: el aroma que escojamos irá asociado a los perfumados recuerdos de aquellos galanes con que compartamos el camino, y de todo aquel que se cruce con nosotras. Es nuestro rostro el que evocarán cada vez que lo perciban, por lo que su elección no deberá ser al azar.
En la perfumería encontramos distintas familias olfativas, dentro de las cuales podemos indagar a la hora de buscar la fragancia ¡perfecta! para nosotras, conforme a nuestros gustos y personalidad. Cada perfume suele contener elementos de las diferentes familias, las que a su vez provienen de un conjunto de materias primas (flores, maderas, especias o cítricos) y de un acorde tradicional (oriental o chipre). ¡Te invitamos a conocerlas!
1. Familia fresca: Comprende las notas cítricas o hespérides, que provienen del limón, naranja, bergamota, pomelo o mandarina. (Ejemplo: CK One, de Calvin Klein) También se incluyen los aromas marinos, que evocan la brisa del océano después de una tormenta (como Acqua di Gio, de Giorgio Armani). Encontramos en esta clasificación también las llamadas fragancias verdes, inspiradas en la hierba recién cortada (Eau de Campagne, de Sisley) y las cotizadas frutales, dulces y cuyo espíritu se percibe al primer rocío (Ralph, de Ralph Lauren).
2. Familia floral: La más grande y popular de las familias. Es utilizada preferentemente en perfumes orientados a un público femenino. Sus notas giran en torno a una flor específica o un bouquet. Las especies favoritas para confeccionarlos son la rosa, el jazmín, la flor de azahar o el ylang-ylang. Un ejemplo es Anaís Anaís, de Cacharel. Existe una subclasificación que comprende a los florales suaves, que derivan de una mezcla con aldehídos o vainilla, como el legendario Chanel N°5.
3. Familia oriental: Aporta calidez y sensualidad. Sus notas sofisticadas y envolventes suelen estar dominadas por la vainilla, flor de naranjo, ámbar y haba tonka, aunque también suelen ser mezcladas con notas amaderadas, especiadas o de flores exóticas. (Ejemplo: Ultraviolet, Paco Rabanne). Suelen ser pesados y dulces, aunque hay variantes más suaves (Coco, de Chanel).
4. Familia amaderada: La esencia de la elegancia y sofisticación. En sus notas predomina el sándalo y patchulí. Son fragancias de carácter cálido y viril, lo que transforma a esta familia en la más utilizada en perfumes masculinos. (Ejemplo: Play, de Givenchy). Los chipre se agrupan en este conjunto como una subclasificación, siendo éstos los más complejos de todos. Sus notas tienen mucha personalidad y son fácilmente reconocibles, predominando el musgo de roble combinado usualmente con rosas o jazmines. (Ejemplo: Miss Dior).
Y bien, ¿cuál es tu familia olfativa favorita?
Imagen CC TEDxRosario