Las brochas y pinceles de maquillaje son una de las herramientas más útiles a la hora de maquillarnos. Al usarlas diariamente guardan mucho polvo y residuos, por lo que es muy importante que las lavemos regularmente.
Si las ocupan todos los días, yo recomiendo lavarlas una vez a la semana, pero si ven que en menos días ya están muy sucias mejor háganlo de inmediato. El proceso es largo y un poco tedioso, pero muy necesario para evitar brotes alérgicos al aplicarnos productos con polvo o suciedad.
Lo primero que haremos es mojar nuestra brocha con agua tibia y siempre con los pelos hacia abajo, ya que así evitamos que el agua entre al mango y arruine el pegamento.
En una mano ponemos shampoo para bebé (no contiene químicos dañinos) y comenzamos a limpiar nuestra brocha. No presiones muy fuerte y sigue el sentido de los pelos, sin doblarlos. Yo voy haciendo círculos para poder limpiar todo y hace que la espuma se forme más rápido.
Después de utilizar el jabón enjuagamos la brocha, cuidando nuevamente de tenerla hacia abajo, que el agua esté tibia y el chorro no sea muy abundante.
Luego se estrujan con la mano, siguiendo el sentido de los pelos (desde el mango hacia la punta) y los apoyamos en una toalla, intentando secarlos lo más posible.
Cuando ya hayamos acabado con todas nuestras brochas, lo ideal es dejarlas secando hacia abajo, ya que así no se acumula agua en el mango. Yo utilizo el Dry n' Shape de Sigma, con el que mis brochas se demoran aproximadamente 6 horas en estar totalmente secas (sin él, en una toalla, yo las dejo toda la noche). Este accesorio tiene un valor de 32 dólares y lo puedes comprar en su sitio web.
Verás al otro día que tus brochas se sienten como nuevas, muy suaves. Recuerda que si no sabes bien para qué se usan tus brochas y pinceles ¡nosotras te enseñamos!
Ojo: Si estás lavando tus brochas por primera vez es normal que boten un poco de pelo pero si no es la primera vez, entonces debes considerar cambiarlas por unas de mejor calidad.