Desde que la vimos por primera vez en su papel de Joey Potter, la tierna e inocente protagonista de Dawson's Creek, muchas cosas han cambiado en la vida de Katie Holmes. Sin embargo, algo que se mantiene es su rostro dulce y juvenil, elegancia natural y linda sonrisa.
En 2005, todo el mundo fue testigo de cómo el actor Tom Cruise, 17 años mayor que ella, le declaraba su amor saltando sobre un sillón en el programa de Oprah Winfrey. Y así, con el paso del tiempo, se consolidaban como una de las parejas más emblemáticas de Hollywood.
Sin embargo, fue tras su polémico divorcio en 2012, que Katie Holmes (a mi juicio) comenzó a brillar con luz propia. Desarrolló un estilo sencillo pero chic que lucía orgullosa en las calles de New York, de la mano de su hija Suri. Así, demostraba ser una mujer segura e independiente, y feliz mamá soltera de la pequeña que a sus cortos 8 años, ya es considerada un icono de belleza y moda.
En 2012, se aventuró a crear su propia línea de ropa junto a su amiga y estilista Jeanne Yang, que la llevó a presentarse en la semana de la moda de New York. Y en 2013, firmó como rostro de la reconocida marca de cosméticos Bobbi Brown. Como broche de oro de esta evolución, aplaudimos su aparición en topless en la portada de agosto de la revista Glamour, dejando en claro que de esta nueva Katie Holmes queda para rato.